miércoles, 25 de junio de 2008

Realismo Social y Crítico



Realismo Social y Crítico en
“La Compuerta Número Doce” y “El Alma de la Máquina”
De Baldomero Lillo



Baldomero Lillo es reconocido como uno de los cuentistas más destacados e influyentes dentro de la Literatura Nacional, pionero del Realismo Social Sus novelas nos hablan desde lo marginal, desde la voz de los explotados con una sinceridad y detalle que nos permiten percibir el llamado a la redención social que piden sus personajes. Se estudiarán dos cuentos del autor; “La Compuerta Número Doce” y “El Alma de la Máquina”. El primer relato pertenece a SubTerra y el segundo a SubSole y en ambos se estudiará el Realismo Social y sus temáticas.




Vida del Autor





Baldomero Lillo Figueroa nace en la VIII región, el 6 de enero de 1867. Hijo del matrimonio conformado por José Nazario Lillo Mendoza y Mercedes Figueroa y fue ésta quien le enseñó a leer y su padre quien le inculcó la lectura. Estudió en Bucalebu, luego se trasladado la familia Lillo a Lebú e ingresó al Liceo. Ésta época del liceo fue la más enriquecedora pues entró al mundo de la lectura de grandes de la literatura como; Julio Verne, leyó el Quijote y también Martín Rivas y algunos chilenos como Benjamín Vicuña Mackena y Barros Arana. Tuvo algunas afecciones a su salud y debió dejar sus estudios que tampoco le interesaban tanto y entró a trabajar en “La Quincena”, una pulpería en Lota. Fue en los ratos libres que le otorgaba su nuevo trabajo donde se empezó a gestar su actividad literaria convirtiéndose este lugar en el escenario de su obra. Contrajo matrimonio con Natividad Miller y tuvieron cuatro hijos. Su hermano Samuel le consiguió un cargo administrativo como oficial al Segundo de la Sección Universitaria en 1899, en la Universidad de Chile. Fallece su madre y después de dos años queda viudo a cargo de sus cuatro hijos. Muere en San Bernardo, el 10 de septiembre de 1923 aquejado de una tuberculosis pulmonar crónica.



Premios y Obra





Gana el primer premio con “Juan Fariña” bajo el seudónimo de Ars. En 1904 publica Sub Terra. En el mismo año SubSole resulta premiado bajo otro seudónimo Danko en un concurso organizado por El Mercurio. Escribió en Zig-Zag, Pacífico Magazine y Las Últimas Noticias y El Mercurio.
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Subterra, 1904.
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Subsole ,1907.
-Proyecto inconcluso, fallido sobre la matanza en la Escuela de Santa María de Iquique.
Obra Póstuma:
- Relatos Populares reunidos por José Santos González Vera publicados en 1942.
-El hallazgo y otros cuentos del mar, 1956. José Zamudio continuó la labor de González Vera
- Pesquisa trágica, 1962.
- Relatos Populares reunidos por m José Santos Vera publicados en 1942.
Realismo y Realismo Social




Debemos tener presentes las dos acepciones como de Realismo. La primera es una ligada a la Literatura extranjera que resulta ser restringida por tiempo y en países como Francia e Inglaterra y la segunda acepción va directo a toda producción literaria que posea y forme una suerte de espejo de la realidad. El Realismo surge como bien sabemos en Francia como una reacción a la estética Romántica que velaba por el sentimentalismo y lo especial. El gran cambio que realizarán estos escritores, y será una característica propia de ellos, es que deciden lanzarse a la calle para encontrar sus temas para sus novelas. Se tiene que tener también presente que los personajes del Realismo no son seres sobrenaturales insertados en mundos extraños ni en situaciones anómalas a la realidad; son personajes como todo el resto de los mortales, que pueden resultar casi reales. En el Realismo se mantiene una actitud crítica frente a todo, problemas políticos, sociales, económicos que entienden perfectamente que en lo particular se encuentra lo universal. El escritor expresa lo que cree o siente por real. No son documentalistas ni periodísticas ni testimoniales, pese a que en el caso de la obra de Lillo algunos apoyan tomar como una obra documental su legado literario.



Se ha criticado al mismo Realismo de un exceso de detalles, descripciones innecesarias, obscenidades y escenas muy explicitas en el aspecto sexual de la narración dependiendo del caso. Pues para Moretic en “El Nuevo Cuento Realista Chileno” lo que impulsa, el motor del Realismo viene a partir de las clases más marginadas, del Proletariado, de las ganas de hacer revolución, que levantaría al Realismo, en callar a las clases más pudientes y darle voz al Otro, pues se quiere conocer cabalmente la realidad y también modificarla y tiene que ser realista.

El Realismo Social surge al principio como un movimiento pictórico de EE.UU. en la década de 1930 debido a la Gran Depresión, al Crack Bursátil, tal acontecimiento y todo lo que generó esta inmersión progresiva llevó a un número de pintores a plasmar en el lienzo sus inquietudes con respecto a lo que acontecía en su país. Utilizan esto como un medio de manifestación y de protesta con alto sentido crítico. Pese a que no hay una concordancia temporo-espacial el Realismo Social de Lillo está presente gracias a sus habilidades ultra desarrolladas de saber y escuchar intensamente.
En SubTerra es una novela desde las profundidades, se ve la vida sub-humana que llevan estos tristes y resignados hombres a causa de la mina y su actividad rutinaria. Acá vemos el
Realismo Social, ese realismo que resulta ser crítico y que tiene voz y hace un llamado ante triste, inevitable y trágico destino que tienen los mineros del carbón y sus familias. Se puede también inferir estos escenarios no sólo de lo que el autor presenció y quiso dar voz y letra, sino también de su propia idiosincrasia, de su condición no permanente de salud, de sus debilidades.
Comprendemos y no estaría listo nuestro trabajo como lector si es que no asimilamos la dureza del trabajo con la que debían lidiar que finalmente producía una desintegración no sólo en los animales que eran utilizados para las diferentes faenas sino, también para el mismo Hombre. Los hombres se van desintegrando en la medida que les truncan su futuro, les coartan las ganas de querer más, de levantarse y sólo les queda penumbras siendo víctimas del egoísmo y ambición de otros de la clase más hegemónica. Acá quienes trabajan sometidos a un superior mantienen la lógica de; “trabajar, padecer y morir” como los expresa Montt y Orlandi en su Historia y Antología de la Literatura Chilena.

En SubSole los escenarios y situaciones están ambientados a ras de suelo donde llega la luz del Sol, ese Sol ausente en SubTerra. Acá Baldomero Lillo escribe a partir de formas de trabajo y de cómo viven dentro aquellos que integran el universo campesino. Al autor se le criticó luego de publicado los cuentos el poco manejo que tenia de aquello que estaba narrando al igual de un débil y restringido uso del lenguaje. Pese a que fue criticada la novela en el momento de su publicación, este es un libro con una temática mucho más amplia que SubTerra. Lillo escribía a partir de algo real, tuvo entereza, vigor y fuerza para rescatar la verdad en cada hecho que presenció, con su sensibilidad exacerbada encontró al hombre que trabaja en el campo, al pescador y también al minero. Vigor y honestidad es lo que hace única estas obras.


El Alma de la Máquina.





En este relato se lee a un personaje que está totalmente alienado con la máquina. El Maquinista viste su traje de dril azul que trabaja medio día seguido, sin descanso, sin amparo. Aquel sujeto no da indicios de su condición de Ser-Hombre, es objeto de envidia de algunos de la planta, lo envidian por su condición al no tener que trabajar igual de duro que los demás, pues sólo existe para él, la máquina y él mientras los otros lo contemplan a sabiendas que le queda más trabajo, que viene el ascensor, los espera para reiniciar una vez más la ardua y tediosa tarea. El Maquinista pareciese estar sobre un trono, dando órdenes como un semidios y mirando a los demás como vasallos, y son estos los que nunca entenderán la tarea del Maquinista.
Deja un momento de ser humano, su cerebro se detiene, para realizar su labor a la perfección, reduciéndose en cálculos y medidas y que no apoya las revoluciones u otro tipo de manifestación que pueden llegar a ocurrir si él se descuida. Es un ser que no cae aún en la calidad de Ser, está sujeto, reducido y para él todo se inmoviliza, su atención automáticamente parece irse a otras esferas mientras está trabajando. Luego irrumpe la llegada de la hora del término de la jornada, todos los hombres salen de su puesto determinado de trabajo como hormigas desorientadas y torpes. El Maquinista debe iniciar su proceso para entrar en su estado cotidiano, y de a poco deja de ser un sujeto anulado. Luego del trabajo ya es un Ser, vive, siente, piensa y tiene una vida.

Por eso sus pupilas, su rostro, su pensamiento se inmovilizan. Nada ve, nada oye de lo que pasa a su rededor, sino la aguja que gira y el martillo da señales que golpea encima de su cabeza. Y esa atención no tiene tregua.




La Compuerta Número Doce.



Se lee la precariedad de los que integran esta colección de cuentos. Acá está presente lo cruento que es vivir para y por la mina. El escenario, lo externo está en estrecha relación con lo que acontece al interior de los personajes, es decir, lo que ocurre en la mina es una prolongación de lo que ocurre en el sujeto. Vemos a un niño, Pablo quien ese llevado por su Padre pues ya está en edad de trabajar y debe ganarse el pan para él y su familia. Atrás quedan risas, juegos e inocencia. Atrás quedan anhelos, sueños y risas, todo parece ahora ser reemplazado por ganarse un lugar en la mina y ser un Hombre, un obrero.
Debía ejercer y sólo el saber que se volvería a casa con su padre era signo de pertenencia a eso que existía fuera de ese mundo lúgubre, triste y desolador. La lectura de este cuento es violenta pues se leen a personajes que están determinados a vivir gracias a la mina y que ésta es la única escuela. Forma y destruye hombres. Les da vida, vida de obreros, vida de hombres sostenedores de sus casas y también les da muerte.

Los obreros se miraron satisfechos. El novato era ya un portero experimentado, y el viejo, inclinado a su alta estatura, empezó a hablarle zalameramente: él no era ya un chicuelo, como los que quedaban allá arriba que lloraban por nada y están siempre cogidos de las faldas de las mujeres, sino un hombre, un valiente, nada menos que un obrero, es decir, un camarada a quien había que tratar como tal.


Estética



Lillo sentía una gran admiración por Benito Perez Galdós, Dostoievski, Tolstoi y Guy de Maupassant. A éste último lo veneraba por unir la nostalgia y tristeza junto con lo jocoso y saber perfectamente como darle vida y movimiento a la lectura. Anteriormente me referí a la condición de su mala salud que se ha estudiado que puede influir en su temática. Siendo de muy pequeño incursionó en la literatura y tu mundo escritual es una recopilación de lecturas previas de otras novelas que le tienen que de alguna u otra manera influido para encontrar su sello, al igual que las experiencias relatadas por su padre, y lo que el vio en carne propia cuando trabajó de pulpero. Lillo escribe a partir de algo cierto y de estas ganas por darle espacio a esas voces apagadas. Con la publicación de SubTerra y SubSole, vino allá por 1909 un interés por escribir sobre la matanza en Iquique y he aquí un momento importante y una reacción de su parte que nos permite dilucidar un tanto sobre la personalidad del autor y su concepción de creación ya que se supo él mismo incapacitado para escribir esta novela, pese a las ganas, incluso expresadas en un discurso en la Universidad de Chile, luego de haber ido a la zona de la masacre, no pudo escribirla, estaba imposibilitado por su no dominio de la zona, de lo que ocurre, pese a que compartió con gente del lugar, investigó, se informó, se sumergió en un silencio que lo acompañó hasta la hora de su partida en 1923. Tal descubrimiento lo afectó más aún cuando reflexionó que no sólo era que no supiera todo fervientemente, sino que carecía de un estilo lo arroje a encontrar una nueva propuesta estética.


El arte nace realista y no se entiende de otra manera. Síntesis de la experiencia humana, del trabajo, del carácter social del hombre y de su individualidad condicionada por ese carácter, no tiene, no puede tener, un contenido ajeno al hombre y a su realidad. Además, en cuanto forma de conocimiento, mientras mejor sintetice la realidad, más elevada será la categoría estética que alcance.



Se debe entender a Lillo desde una lectura de denuncia social y de un llamado a hacer justicia, deseaba saciar su sed de justicia, escribí quiso escribir cuando algo era merecedor de contar. Baldomero Lillo fue un autodidacta, influenciado por el Naturalismo que utiliza constantemente un narrador en tercera persona y omnisciente. Con una expresión sobria, gran drama, sencilla, clara en lenguaje, libre de adornos y elementos gratuitos. Con personajes como buen realismo, personajes cotidianos en una realidad que marcó la historia de la minería en Chile y la historia en la Literatura Chilena.





viernes, 20 de junio de 2008

$30 al Cartero









Te cuento todo esto porque eres mi nieta, mi nieta favorita. Desde hace días tengo ganas de conversar con alguien, no sé que tengo, siento que algo me estrangula, un pesar, una angustia mi niña. Tú me verás que siempre ando de aquí para allá. Que las visitas, que las misas a las siete todos los días, que los cumpleaños, santos, bautizos, despedidas, funerales. Llevar una casa, no es para nada fácil. Ya te quiero ver cuando seas grande y te cases y estudia mijita linda, estudia para obtener un cartón de cualquier cosa y no tengas que depender de un hombre pues si te sale malo, ahí tendrás una herramienta para salir adelante, yo no pude estudiar, las cosas son muy diferentes ahora a pesar que me cuesta aceptarlo, pero bueno. ¡Ya, sigue desgranando las arvejas!


Estaba yo un día caminando por los pasajes de la Villa Orquídea, y me topé con una verdadera Flor, la flor más bella que pudo haber brotado de la tierra; Jacinta Lira, mi preciosa Jacinta, supieras cuanto te adoro. Tantos años queriéndote y yo acá en silencio.



¡Ay que me duele el pecho!, no me sentía así desde que tu madre tuvo tantas complicaciones para tenerte, pero esa vez fue diferente. Aurora, sabes, quiero contarte algo. Algo me dice que debo contártelo a ti y sólo a ti. Tú eres la única que me entenderá, pero no sé si deba. No quiero que pienses mal de tu abuelita que te quiere tanto. Mira, yo quiero al viejo, a tu abuelo, pero siempre estuve enamorada de un hombre que nunca me amó. Cuando yo tenía como ocho años cuando lo conocí y desde el primer momento que lo vi supe que desde ese momento estaría condenada a quererlo. Estaba completamente segura de eso a pesar que no sabía mucho de amor, sólo conocía el amor que cantaban en las canciones, el que me leía en los libros y el que veía entre mis padres. Eso era lo único que sabía, que lo amaba, mientras aún jugaba con mis muñecas y me sorbeteaba los mocos. Él voló directamente a mi corazón cuando tenía diecisiete años y claramente jamás se fijó en una niñita como yo. Nunca me miró.

Estuve años amándolo en secreto, décadas, casi toda una vida estuve enloquecida hasta las patas por él, pero por esas coincidencias mariconas de la vida, disculpa mi niña, terminé casándome con su hermano. A mi nadie me obligó, eso lo tengo clarito y yo ahora puedo decir sin problemas que quiero a tu abuelo, pero tú no sabes por todo lo que he pasado mi niña, era horrible, imagínate, casada con un hombre que no amaba, le dije que sí porque me brindaría seguridad y tal vez me podría enamorar de su amor por mí, no de él. El amor me sale hasta en la sopa.

Era espeluznante las noches cuando se metía a la cama con los pies helado, ¡qué hubiese dado yo por sentir esos pies helados junto a los míos si tan sólo hubiesen sido los de Él!, pero no, eran los de Heriberto.
Me daban retorcijones de guata cada vez que tu abuelo me empezaba a tocar, me producía náuseas, temblaba, pero no de ese temblor rico y esas rosquillitas que te produce esa persona especial en tu corazón, bueno ¡qué vas a saber tú si eres muy chica para esas cosas! ¡Oye!, pásame las zanahorias. En fin, como te decía, me ponía a temblar cuando me tocaba y cuando estaba arriba mío y sentía su peso, imaginaba que era mi amor de niñez que venía a acompañarme y a rozar mi cuerpo con sus labios tibios y me diría al oído; “Te adoro Jacinta y será así siempre”. Luego me acosaba la culpabilidad terminada la sesión monótona, me daba vuelta y fingía dormir. Prefería esperar que se durmiera el viejo primero, pese a que no me podía concentrar para dormir después con sus ronquidos.

Cuando ya estaba segura de que dormía lo quedaba mirando intentado buscar en mi interior alguna pizca de algún sentimiento puro y sincero hacia él. A pesar del intento sólo lograba ver al principio un monstruo que abusó de mí. Decidí casarme con él pese a que siempre tuve presente al otro a quien le mandé miles de cartas, le tienen que haber llegado, de lo contrario me las hubiesen devuelto.

Le mandé doscientas cartas, y entre julio y octubre intenté entrar a su casa los días siete y catorce de cada mes. ¿Que qué me llevó a hacer eso?, pues la desesperación, una mujer enamorada es un peligro andante y más aún cuando está dolida. Raro era estar dolida si Él nunca me hizo nada, por eso sufría. Los días en que tu abuelo salía más tarde de la pega yo aprovechaba de ir a su casa. Le escribí cartas, versos, le contaba lo que estaba haciendo, las rosas que plantaba, de lo lindo que estaba creciendo la uva en el parrón, le describía lo bello que cantaban los pájaros, le describía los sueños que tenía con Él, le decía lo que sentía dentro de mí, lo que iba a cocinar, una que otra copucha de las vecinas, incluso le conté de ti también Aurorita.



Jacinta tus cartas, yo me enamoré de tus cartas, tan delicadas y sinceras. Cuando escribes es como si lo hicieras desde el corazón y del estómago a veces, siento que te conozco tan bien, pese a que yo no era y nunca fui el destinatario.
Me las quedé, las retuve como si con tal acto tuviera algo de ti. Todo lo demás honestamente no me importa, quiero que estés acá conmigo, con este simple cartero.



Cuando Él murió, creí que yo le seguiría, pero todo cambió, pensé que no soportaría su partida y para mi extrañeza, aquí me tienes. Aún sigo casada, aún soy esposa, madre, abuela, soy mujer y aún pienso en Él. Le prometí cuando fue el entierro que nunca lo dejaría ni se sentiría solo, la Virgencita fue testigo de tal promesa. Todas esas cartas fueron escritas acá, en esta cocina mientras revolvía con la cuchara de palo, ahí me inspiraba. Entre pimientos y rábanos, entre huevos y carnes fue madurando mi sentir. Le mandé doscientas cartas, y no sé que pasaron con todas ellas, ojala las haya leído y reído si era el caso, o llorado o por último hastiado y que alimenten sólo unos breves segundos el calor de la chimenea.



Si tan sólo fuera yo objeto de tu amor inmenso y desinteresado, si tan sólo me miraras de otra forma cada vez que me entregas los treinta pesos que es lo que corresponde, pero tú con una sonrisa me das más propina y de paso, un vaso de jugo hecho por ti acompañado de alguna de esas galletitas recién horneadas con tus manitos que parecen delicados pétalos. Me tendré que seguir resignando a la reciprocidad de tu amor.


La última vez que intenté entrar fue el siete de octubre y al día siguiente murió, lo supe antes que el resto, porque me vino a ver y me dio las gracias. Yo iba todos los domingos por la mañana con mi ramo de rosas rojas al cementerio. Y yo te cuento todo esto porque eres mi nieta favorita y me da lo mismo que seas sordomuda.

miércoles, 18 de junio de 2008

"Los extravios de su mirada"





Comentario crítico sobre libro de cuentos de Flavia Radrigán.




Al momento de leer los cuentos que integran “Los Extravíos de su mirada” es posible introducirse al imaginario escritual de su autora. Con un lenguaje simple y directo, sin vacilaciones ni confusiones se entiende muy bien el mensaje de este libro de cuentos cuyas temáticas rondan entre la Memoria, el Recuerdo, la Muerte, la Homosexualidad, la Sexualidad, los Seres Perdidos, el Suicidio, el Amor, la Violencia, el Olvido y la Soledad son las temáticas tratadas que resultan ser una constante desde el principio a fin de la lectura.
Su honestidad y transparencia a la hora de contar algo es perceptible a cualquier ojo. Desde el momento en que ella decide darle el espacio para que estas voces provenientes de la otredad se expresen se demuestra su interés por que todo lo que uno entiende como marginal, todo lo que es visto como un otro desde una minoría hasta un pensamiento diferente de cualquier estilo son manifestaciones honestas de lo que a la autora le conmueve y le inquieta.

Vemos por ejemplo en “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos” el quiebre vital que se produjo en el Chile de la dictadura, se trata la muerte, de los desaparecidos, de los muertos en vida y hay además una historia de amor y clandestinidad, de un abrir y cerrar puertas donde su narradora se muestra altamente meditabunda. En “Vuela Pedazo Vuela” es un relato con alta concentración de tensión de parte de la protagonista que debe lidiar con el encierro, con lo contradictoria que resulta ser la vida, nuevamente el amor, con el asesinato y con ello la muerte. “Ese mar que tranquilo te baña” surgen nuevamente los recuerdos, la nostalgia de este hombre que extraña su tierra natal, la homosexualidad, el travestismo que puede ser interpretado también con la noción del enmascaramiento, mostrarnos de una forma y ser de otra determinada, en este relato esta la presencia del maquillaje, que seria interpretado como un tapar, un maquillar ciertos eventos, ciertas situaciones o emociones del narrador. Hay un alto contenido erótico y está la sensualidad también. Se señala un conflicto amoroso, al igual que en la mayoría de los cuentos que integra este libro esta la presencia de lo femenino y de las voces femeninas quienes se apoderan de casi todo el libro, como bien mencionó Flavia Radrigán en la entrevista darle voz a estas mujeres y situaciones que ella vivió y presenció en directo. Estos tres cuentos son solo por nombras los diez restantes que abordan tópicos similares acompañados de la soledad, el abandono, lo popular, lo marginal, la figura de la mujer en la actualidad y el no-más que todas parecen apoyar lo que la convierte en una escritora y dramaturga en estrecha relación con sus personajes que son una prolongación de lo que ha vivido ella como mujer, como chilena en el extranjero, como el peso de ser “hija de…” , de los episodios en su vida, de la gente que entra y sale constantemente de nuestros corazones.

domingo, 15 de junio de 2008

La Perfida Manzana 666




“Viña del Mar sale al mundo en alas del Festival…un verano bonito a pleno sol, Chile entero cantando a todo pulmón… no te pierdas el Festival... no te pierdas el Festival”. Pues Viña del Mar, no es sólo Viña, no es únicamente la ciudad Jardín, o la ciudad de playas, sinónimo de turismo, de vacaciones y clima cálido eterno, no es sólo sinónimo de bikinis, de palmeras, de gente liviana de ropa, no es la ciudad de las victorias, de los juegos mecánicos del estero, del cuiquerío característico, ni el Palacio Carrasco, ni el Rioja, ni el Vergara, ni el Casino, ni el Parque de la Quinta Vergara ni el Teatro Municipal del Festival Internacional de la Canción. ¿Acaso nos representa esa gaviota de plata y de oro?, ¿nuestra identidad radica en ello? Pues no. Complejo resulta hablar de “Identidad viñamarina”, porque es tan relativo como en todos los lugares.

Por otro lado Viña del Mar también ha sido reconocida por su vida nocturna, la bohemia real radica en el bello Valparaíso, Viña de algún modo siempre se ha visto desplazada y opacada por ese “Je ne sais pas” que tiene el Patrimonio de la Humanidad, ese misticismo de la “Joya del Pacífico” ese enigma que a tantos encanta como desencanta. Viña del Mar, en ese aspecto ha vivido a la sombra de Valparaíso, pero Valparaíso vive a la sombra de lo que proyecta Viña del Mar como ciudad turística.

Por todo el sector Poniente, cerca de la costa, de la concurrida Av. Perú y San Martín están los más exclusivos locales nocturnos de la ciudad jardín donde sus clientes habituales son cierto tipo de gente determinado, turistas, nacionales y extranjeros, gente que vive por los nortes, curiosos, consumidores más seguidos. También está la vida nocturna del Reñaca, de todos esos localcillos donde hierve el pendejerío y el cuiquerío mismo, pero no viene al caso referirme a ellos, me interesa otro sector; la llamada Manzana 666, el cruce entre la Av. Valparaíso y Von Schroeders en nombre del doctor don Teodoro Von Schroeders.

Tal ilustre extranjero proveniente de Lituania fue dueño de gran cantidad de terrenos en el sector oriente de Viña del Mar. Luego de su muerte a principios de la década del 20 el presidente de la época Carlos Ibáñez del Campo nombró tal intersección de calles en honor del médico fallecido, no obstante si supiera en qué está convertido ese sector que lleva su nombre estaría revolcándose en su tumba. Pues se ha dicho de todo lo que pasa y lo que no pasa en la Manzana 666, ya con ese número tan simbólico nos da un adelanto, nos prepara en una antesala con lo que sucede. De día hay mucho tránsito, variados locales nocturnos abren luego de las cuatro de la tarde, hay botillerías, sucuchos de comida rápida de dudosa procedencia y cero sentido de la higiene, un quiosko de diarios y revistas, residenciales y el legendario “TodoLibros” que para en mi calidad de alumna de literatura me resulta un verdadero paraíso pues los libros los venden a muy buenos precios y se encuentra de todo tipo de literatura. En el escaparate conviven las novelas de Bukowski, de Jorodowsky, Bolaño, Freud como también libros de Astrología, Horóscopo Chino y recetas culinarias Chilenas, paso por ahí, aún no se ha oscurecido y veo a dentro a dos jóvenes, entro pregunto por unos libros de Juan José Millás que no los tienen. Me quedo observando esa dicotomía tan fuerte del mundo de la lectura y el momento en que el carrete se empieza a formar. La belleza de ese contraste tan fuerte me resulta a ratos poética; alcohol y libros. ¿Qué mejor? Uno de ellos sale es un tipo medio lana, con su polola lana también con vidas lanas e intereses lanos, andaban buscando algo del buen Nietzsche. Me acerco a ellos para preguntarle que opinaban de esta famosa esquina, en su asombro me dicen que pasan más seguido por acá, pero para comprar libros que están a bajos precios, pero que no les gusta el carrete de los locales que están por acá.: “Sabes hermana, ( ya me trata de hermana si no soy su hermana), acá hay mucha violencia, mucho exposición gratuita, porque ya a muchos les da miedo andar por este sector ya sea de día, más de noche, ya no hay seguridad, tú no sabí lo que te puede pasar si salí medio tocao de un local, te ven mal y ahí se te tiran encima y dejan pato cachai?, yo pa exponerme, como te digo, de esa manera no estoy”. Su polola interrumpe agregando a lo que su pololo dijo: “Mira se ven constantemente riñas, vienen los pacos, empiezan a confiscar, entran a los locales, piden carnet para verificar la edad y si alguien está consumiendo algo ilícito, ya no se puede carretear tranquilo ¿ves?, la misma gente, los mismos delincuentes han echado a perder este lugar y ojala que no siga más así porque sería una desventaja pa Viña que tanto lucha por el turismo y la wea y las autoridades que no hacen ná”.

Me inquieta lo que me acaban de decir estos lolitos estudiantes de artes, porque yo también he visto y presenciado riñas violentas, me han pedido el carnet, realmente se ven sucesos fuertes, tal esquina ha sido punto neurálgico de prostitución, de narcotráfico, de punto de encuentro de bandas tanto de Skinheads, Neonazis y grupos violentistas.
Ahora es sinónimo de carrete, de juventud descarriada, de gente que luego de la pega, o luego de clases baja y cae en las tentaciones de pasar un buen rato acompañado de alguna rica y helada cerveza pues hay locales para regodearse Square, Urbano, La Comarca, Arica, Rua, Spartako, Balmaceda, Stone… a la vuelta, por Viena está el legendario Vienés, Fusión y el siempre top Journaly otros antros subiendo Agua Santa.
Quedé de juntarme con un amigo, y decidí entrar al Urbano, un local que regularmente voy desde que entré a la universidad, acá estoy sentada con calor y me pedí un shop de medio de cerveza Del Puerto directamente de Valparaíso, sabrosa y helada, acaramelada o rubia y con licor de cacao, ¿qué mejor?. Mientras espero contemplo y quedo anonadada por la amplia providencia del Señor.

Un sujeto se me acerca, por favor que no se vaya a sentar a mi lado, tengo una suerte de imán para aquellos que andan medios arriba de la pelota, un amigo me dijo que quizás muchos ebrios se me acercan porque encontrarán que tengo cara de simpática, me acordé del comentario de mi amigo e inmediato fingí la cara más pesada que alguien podría tener esa cara de “no te me acerques insulso”; nada, no funcionó. Se me acercó igual e irrumpió con un “Hola, me puedo sentar” mientras sonaba el último éxito de la ex princesa del pop, actual cantante en rehabilitación y representante fiel de la decadencia; Britney Spears, pues si hasta la música se ha echado a perder en el Urbano; pop, ¿qué es eso? Continuo, ante la negativa rotunda de mi parte este sujeto no la toma en serio y se sienta me empieza hablar como creyendo si yo estuviera muy interesada.
–Luis, Luis es mi nombre, me preguntaba si me puedo sentar contigo.
Este individuo creía que con un simple nombre ya no sería un extraño, y por su aspecto estaba claro que se encontraba “envinado”. Se sentó a mi lado y empezamos a hablar sobre la concurrida y maldita Manzana 666. “Mira, yo por lo general no carreteo en Viña, me carga o sea me cargan estos locales de por aquí,, pero salí de la media prueba y como creo que me fue bien, nos vinimos con unos amigos a celebrar, aparte estudio por acá cerca, así que piola”. Mencionó a unos amigos, compañeros de su universidad, yo miré para todos lados y éste Luis estaba solo.
Continúa…”Bueno nos fuimos a otro local, fuimos al cerro castillo a tomarnos su vinito loco y después quisimos bajar y heme acá esos weones mamones se tuvieron que ir. Le pregunto cómo definiría este sector de Viña y arroja un rotundo; “Picante y peligroso, yo carreteo más en Reñaca, allá tu cachai a todos, aquí vienen puros giles cumas, pero más aún son las mochas que se arman de la nada, yo no soy bueno pa pelear, pero si me toca, me toca no más”.
Se me pierde un poco este sujeto Luis, mi amigo llega y decidimos ir a otro localcillo.

Ingresamos al ex casino chico, que alguna vez también fue el “Andino”, ahora llamado “La Comarca” que de la localidad de origen de los hobbits de Tolkien no tiene nada. Ya había entrado algunas veces y cada vez que salía de allí me decía; “No volveré a entrar nunca más”, igual me veía sentada en una silla, pidiendo una cerveza y dos vasos. Hay poca gente, miro hacia la ventana y gente entra y sale de los locales en un estado poco cristiano, pero no siempre es así. La música empieza a sonar, tocan en vivo unas bandas tributo a Nirvana y Alice In Chains
Antro de dealers
Entra un caballero solo con una pinta notable entre oficinista y rockstar, rara mezcla, se sienta a la mesa continua y pide una piscola, nos mira y nos sonríe. Empieza la otra canción…”Smell like teen spirit” realmente odio esa canción, podrá ser un himno para la juventud perdida de principios de la década de los noventa, símbolo del aburrimiento y desilusión de una juventud bucólica, yo debo aceptar que fui un adolescente de jeans y chalecos rotos desde octavo básico y segundo medio, pero me duro lo que dura una lec
Pues hasta foros hay de recomendaciones del carrete viña marino
El caballero pide otra piscola, otra y otra, se las toma como si fueran jugos naturales y empieza a chiflar a la banda, empieza a gritar :”Pink Floyd”, “Pink Floyd”, me produce mucha gracia, tal individuo quizás se veía en el Playa pidiendo seguramente algún cover de Pink Floyd, pero no en el ex casino chico. “Tóquense algo de verdad poh chiquillos, algo de verdadero rock spirit”, lo invitamos a sentarse en nuestra mesa, yo dudo un poco porque con estos tipos nunca se sabe, y empezamos a hablar los tres sobre música primero, el tipo era una enciclopedia musical por lo que llamó mi interés, nos contaba que de vez en cuando viene por estos locales, que trabaja en un banco, pero que su sueño frustrado fue haber sido rockero, con eso me acordé de mi viejo quien ralla por los Rollings Stones, su vida era muy de canción monótona de un grupo malo, pero la música le daba esa frescura.

jueves, 12 de junio de 2008

El Viaje


Señores denme permiso
pa'decirles que no creo
lo que dicen las noticias
lo que cuentan en los diarios
lo que entiendo por miseria
lo que digo por justicia
lo que entiendo por cantante
lo que digo a cada instante
lo que dejo en el pasado
las historias que he contado o algún odio arrepentido.
Para que ustedes no esperen
que mi canto tenga risa
para que mi vida entera
les quede al descubierto
para que sepan que miento
como lo hacen los poetas
que por amarse a sí mismos
su vida es un gran concierto
déjenme decirles esto
que me aprieta la camisa
cuando me escondo por dentro.
Y si alguno quiere risa
tiene que volver la vista
ir mirando las vitrinas
que adornan las poblaciones o mirar hacia la calle
donde juegan esos niños
a pedir monedas de hambre
aspirando pegamento
calmar tanto tormento
que les da la economía
cierto que da risa...
Pero yo creo que saben
donde duermen esos niños
congelados en el frío
tendidos al pavimento
colgando de las cornisas
comiéndose a la justicia
para darle tiempo al diario
que se ocupe del deporte
para distraer la mente
para desviar la vista
De este viaje
Por nuestra historia
Por los conceptos...
Por el paisaje...

Schwenke y Nilo

jueves, 5 de junio de 2008

$30 al Cartero





Te cuento todo esto porque eres mi nieta, mi nieta favorita. Desde hace días tengo ganas de conversar con alguien, no sé que tengo, siento que algo me estrangula, un pesar, una angustia mi niña. Tú me verás que siempre ando de aquí para allá. Que las visitas, que las misas a las siete todos los días, que los cumpleaños, santos, bautizos, despedidas, funerales- Llevar una casa, no es nada fácil, ya te quiero ver cuando seas grande y te cases y estudia mijita linda, estudia para obtener un cartón de cualquier cosa y no tengas que depender de un hombre y si te sale malo, ahí tendrás una herramienta para salir adelante, yo no pude estudiar, las cosas son muy diferentes ahora, pero bueno. ¡Ya, sigue desgranando las arvejas!

Jacinta, mi bella Jacinta, supieras cuanto te adoro. Tantos años queriéndote y yo acá, en silencio.

¡Ay que me duele el pecho!, no me sentía así desde que tu madre tuvo tantas complicaciones para tenerte, pero esa vez fue diferente. Aurora, sabes, quiero contarte algo. Algo me dice que debo contártelo a ti y sólo a ti. Tú eres la única que me entenderá. Mira, yo quiero a tu abuelo, pero siempre estuve enamorada de un hombre que nunca me amó. Cuando yo tenía como ocho años lo conocí, desde el primer momento que lo vi me dije: “ah cagué” y así fue, él voló directamente a mi corazón. Oscar tenía diecisiete años y claramente jamás se habría fijado en una niñita como yo y nunca me miró. Estuve años enamorada hasta las patas de él, pero por esas coincidencias mariconas de la vida, disculpa mi niña, terminé casándome con su hermano. Yo quiero a tu abuelo, pero tú no sabes por todo lo que he pasado, era horrible, imagínate, casada con un hombre que no amaba, le dije que sí porque me brindaría seguridad y tal vez me podría enamorar de su amor por mí, no de él.

Era espeluznante las noches cuando se metía a la cama con los pies helado, ¡qué hubiese dado yo por sentir esos pies helados junto a los míos si tan sólo hubiesen sido los de Oscar! Me daban retorcijones de guata cada vez que tu abuelo me empezaba a tocar, temblaba, pero no de ese temblor agradable y esas rosquillitas, bueno ¡qué vas a saber tú si eres muy chica para esas cosas! ¡Oye!, pásame las zanahorias. En fin, como te decía, me ponía a temblar cuando me tocaba y cuando estaba arriba mío y sentía su peso, imaginaba que era mi amor de niñez que venía a acompañarme y a rozar mi cuerpo con sus labios tibios y me diría al oído;”Te amo y siempre te he amado Jacinta”. Luego me acosaba la culpabilidad terminada la sesión monótona, me daba vuelta y fingía dormir. Prefería esperar que se durmiera él primero, pese a que no me podía concentrar para dormir luego con sus ronquidos. Cuando ya estaba segura de que dormía lo quedaba mirando intentado buscar en mi interior alguna pizca de amor, pero en él veía sólo a un monstruo que abusó de mí. Decidí casarme con él pese a que siempre tuve presente a Oscar a quien le mandé miles de cartas, le tienen que haber llegado, de lo contrario me las hubiesen devuelto.

Le mandé doscientas cartas, y entre julio y octubre intenté entrar a su casa los días siete y catorce de cada mes.

Elegí esos días pues él tenía setenta y nueve años en ese entonces y yo setenta, nuestras edades sumadas dan ciento cuarenta y nueve, 149, si sumas un 1+4+9 el resultado es 14 y la mitad de 14 es 7. Va más allá de una cosa de la numerología. El 7 es número y así me gusta en signo, no en palabra.

Jacinta tus cartas, yo me enamoré de tus cartas, tan delicadas y sinceras. Cuando escribes es como si lo hicieras desde el corazón y del estómago a veces, siento que te conozco tan bien, pese a que yo no era y nunca fui el destinatario.
Me las quedé, las retuve como si con tal acto tuviera algo de ti. Todo lo demás honestamente no me importa, quiero que estés acá conmigo, con este simple cartero.

Cuando Oscar murió, todo cambió, pensé que me moriría con él y para mi extrañeza, aquí me tienes. Aún sigo casada, aún soy esposa, madre, abuela, soy mujer y aún pienso en él. Le prometí cuando fue el entierro que nunca lo dejaría ni se sentiría solo, la Virgencita fue testigo de tal promesa. Todas esas cartas fueron escritas acá, en esta cocina mientras revolvía con la cuchara de palo, ahí me inspiraba. Entre pimientos y rábanos, entre huevos y carnes fue madurando mi sentir. Le mandé doscientas cartas, algunas las leyó, otras no, lo sé pues su esposa guardó algunas y me increpó, vieja bruja esa, pero es buena persona y está más sola que un dedo ahora. Dicen que se volvió loca y otros dicen que la loca soy yo, la verdad es que yo prefiero seguir pelando estas zanahorias.

Si tan sólo yo fuera el objeto de tu amor inmenso y desinteresado, si tan sólo me miraras de otra forma cada vez que me entregas los treinta pesos que es lo que corresponde, pero tú con una sonrisa me das más propina y de paso, un vaso de jugo hecho por ti acompañado de alguna de esas galletitas recién horneadas con tus manitos que parecen delicados pétalos. Me tendré que seguir resignando a la reciprocidad de tu amor.

La última vez que intenté entrar fue el 7 de octubre y al día siguiente murió, desde ese día iba todos los domingos a visitarlo al cementerio. Y yo te cuento todo esto porque eres mi nieta favorita y me da lo mismo que seas sordomuda.