martes, 7 de octubre de 2008

Ser y Parecer en El Gran Gatsby







En la literatura de principios del siglo XX se produce una configuración de la realidad y del personaje. Acá no es tan evidente que la palabra delimita lo que la vida contiene, puesto que se trata más de un Parecer que de un Ser, hay una búsqueda de identidad y del Ser. Está la presencia de las máscaras y los personajes sólo se preocupan de aparentar partiendo por el personaje que le da nombre a la novela.


Con El Gran Gatsby y Scott Fritzgerald se produce una unión entre autor y escritor a diferencia de otro tipo de novelas y otro tipo de temáticas donde el autor y el escritor nunca serán el mismo. No puede ser por una cuestión de tiempo y espacio. El Narrador siempre es alguien ficticio, tiene realidad sólo en el relato acá el narrador es Nick Carraway. Sin embargo la historia está entrelazada con las experiencias que el propio Fritzgerald vivió. Es imposible que una ficción cuente algo real ya que se habla en dos planos distintos y se habla a un lector ficticio.


Prueba de esta homologación entre autor y personaje Vargas Llosa en el texto Un Castillo en el Aire menciona ese amargo sentir y parecer que embargó al autor del Gran Gatsby:


Al final de su vida, en un texto autobiográfico, Scott Fitzgerald escribió de su personaje Jay Gatsby: "Es lo que siempre fui: un joven pobre en una ciudad rica, un joven pobre en una escuela de ricos, un muchacho pobre en un club de estudiantes ricos, en Princeton. Nunca pude perdonarles a los ricos el ser ricos, lo que ha ensombrecido mi vida y todas mis obras. Todo el sentido de Gatsby es la injusticia que impide a un joven pobre casarse con una muchacha que tiene dinero. Este tema se repite en mi obra porque yo lo viví".



Es más importante contextualizar el momento que se vive en esos locos años veinte. El gran Gatsby es la personificación de los nuevos ricos en esa época en E.E.U.U que luchan por hacerse su espacio en la sociedad a punta de doble estándar y frívolas apariencias.

Catherine, la hermana, era una esbelta y mundana muchacha, de unos treinta años, de compacta y pegajosa melena roja y cutis empolvado de un blanco lechoso. Se había depilado totalmente las cejas, dibujándolas luego en un ángulo más llamativo, pero los esfuerzos de la Naturaleza por la restauración original, deban a su rostro una expresión confusa. Cada vez que se movía, se oía el incesante tintinear de innumerables brazaletes de porcelana que se deslizaban arriba y debajo de sus brazos. “ Pág. 37


Todo lo que rodea y es parte de su configuración como hombre en la obra parece ser un misterio, y es ese misterio lo que llama tanto la atención de algunos pues se ignora si estudió en Oxford o no, el incierto origen de tu ascendencia y de su riqueza al igual que realiza fiestas de alto nivel con el fin de aglomerar el mayor número de personas de la más alta sociedad ignorando de quienes se tratan por completo.


Podría tratarse de una historia de amor, amor que no se extinguió a lo largo de cinco años, pero si las diferencia socioeconómicas cobraron lo suyo y los terminaron separando. Pues el objeto de su amor, Daysi terminó por casarse con Tom Buchanan quien siempre desconfió en todo lo que demostraba ser y tener Jay Gatsby. Es una historia de apariencias, amores perturbados, infidelidades, el constante conventilleo que no diferencia entre ricos y pobres, gente con gran deseo “aspiracional” que no es más que un eufemismo del tan conocido arribismo.


“Es cierto- vaciló-. Pues... he pasado una mala temporada, Nick, y me siento bastante cínica en todo lo que se relaciona con la vida.”Pág. 22


Acá la realidad de la obra es una sola y se tiene una idea de mímesis de lo que puede o seguramente ocurrió en esa época, y no es de extrañar, ya que hasta nuestros días ha estado presente la temática de fondo que acá se trata.


El Gran Gastby posee a ratos similitudes con la novela costumbrista, con este afán de experimentar con los seres humanos al situarlos en un lugar y los ponen en determinados contextos y escenarios y tiene un corte casi científico e investigativo. A ratos también el propio Gatsby tiene rasgos de ser un sujeto romántico que está en búsqueda de lo absoluto, pues el sujeto romántico se caracteriza por una realidad otra que supuestamente es más esencial, estará buscando una apertura a una dimensión más plena, otras vías de contacto como lo son conseguir una herencia o buena suma de dinero para el personaje, conseguir estatus y un espacio dentro de esta sociedad corrompida y autodictaminada por las apariencias. El Gatsby está dominado por un sentir de constante insatisfacción y desea encontrar realidades absolutas; la consolidación de un hombre rico y que ahora lo único que le hace falta es recuperar el amor de su vida; deseo que se ve truncado ante la muerte de éste por un mal entendido, destino muy romántico.

No hay una revelación en la novela, todo parte desde el momento en que Nick empieza a investigar y narrar sobre ese enigmático hombre que es Jay Gatsby hasta cual fue su desenlace. Los acontecimientos no remecen a nadie, los únicos conflictos que parecen reales son las infidelidades y los amores no correspondidos, todo lo demás pareciera ser un holograma donde “el que dirán” es el esquema de vida.

Gatsby, aún con toda su riqueza turbia, es un sujeto racional que se ha separado de la totalidad, es un ser caído, expulsado y desterrado de la comunidad absoluta, lo fue una vez y pese a su dinero, lo sigue siendo. La novela nos muestra una visión desencantada de la realidad, pues todo lo que ocurre en esa realidad de la obra también nos pasa en nuestro siglo. Acá no se muestra una realidad definida, independiente que sea ficción, pues ya sabemos que existe y es real esa realidad dentro de la obra, es una realidad que ya está definida y por lo tanto esa realidad empobrece al hombre.


Hemos leído tanto en Moby Dick, en Aventuras de Huckleberry Finn y ahora en El Gran Gatsby que algo mueve a los personajes, algo interno los mueve y que se deposita en algo externo. En el primero era la obsesión por matar a la ballena blanca que arrancó una pierna a Acab, esa obsesión, lo tornó en un sujeto egotista y en su ensimismamiento se fue perdiendo, Huck Finn si bien es menos concreto no es menor importante pues se trata de un chico que va viviendo y experimentando y se convierte en una novela de aprendizaje pues entiende lo que es ser un bárbaro a ser un hombre de bien, la dicotomía, en términos de Levi-Strauss de lo Crudo y lo Cocido y junto con Mister Gatsby tienen unos enormes deseos de pertenencia. Por último Gatsby que se demuestra como un hombre fino, por qué no un Dandy basado en el artificio y la inutilidad, haciendo referencia a Baudelaire, con este paso de ser un sujeto a ser un objeto, es decir, fue en un inicios James Gatz y luego Jay Gatsby un hombre cuyo norte era el dinero y reconocimiento, pero que no es más que un resentido al ser rechazado por su amor y por la sociedad y luego “triunfa” para terminar muerto, es la muerte la única que nos ve a todos por igual, la única democráticamente justa y no hace diferencias.


Este afán de búsqueda los mueve, es la curiosidad del impulso, el sujeto romántico, Gatsby, en este caso, siempre está deseando, siempre está inquieto, desea incluso el deseo mismo.