domingo, 15 de junio de 2008

La Perfida Manzana 666




“Viña del Mar sale al mundo en alas del Festival…un verano bonito a pleno sol, Chile entero cantando a todo pulmón… no te pierdas el Festival... no te pierdas el Festival”. Pues Viña del Mar, no es sólo Viña, no es únicamente la ciudad Jardín, o la ciudad de playas, sinónimo de turismo, de vacaciones y clima cálido eterno, no es sólo sinónimo de bikinis, de palmeras, de gente liviana de ropa, no es la ciudad de las victorias, de los juegos mecánicos del estero, del cuiquerío característico, ni el Palacio Carrasco, ni el Rioja, ni el Vergara, ni el Casino, ni el Parque de la Quinta Vergara ni el Teatro Municipal del Festival Internacional de la Canción. ¿Acaso nos representa esa gaviota de plata y de oro?, ¿nuestra identidad radica en ello? Pues no. Complejo resulta hablar de “Identidad viñamarina”, porque es tan relativo como en todos los lugares.

Por otro lado Viña del Mar también ha sido reconocida por su vida nocturna, la bohemia real radica en el bello Valparaíso, Viña de algún modo siempre se ha visto desplazada y opacada por ese “Je ne sais pas” que tiene el Patrimonio de la Humanidad, ese misticismo de la “Joya del Pacífico” ese enigma que a tantos encanta como desencanta. Viña del Mar, en ese aspecto ha vivido a la sombra de Valparaíso, pero Valparaíso vive a la sombra de lo que proyecta Viña del Mar como ciudad turística.

Por todo el sector Poniente, cerca de la costa, de la concurrida Av. Perú y San Martín están los más exclusivos locales nocturnos de la ciudad jardín donde sus clientes habituales son cierto tipo de gente determinado, turistas, nacionales y extranjeros, gente que vive por los nortes, curiosos, consumidores más seguidos. También está la vida nocturna del Reñaca, de todos esos localcillos donde hierve el pendejerío y el cuiquerío mismo, pero no viene al caso referirme a ellos, me interesa otro sector; la llamada Manzana 666, el cruce entre la Av. Valparaíso y Von Schroeders en nombre del doctor don Teodoro Von Schroeders.

Tal ilustre extranjero proveniente de Lituania fue dueño de gran cantidad de terrenos en el sector oriente de Viña del Mar. Luego de su muerte a principios de la década del 20 el presidente de la época Carlos Ibáñez del Campo nombró tal intersección de calles en honor del médico fallecido, no obstante si supiera en qué está convertido ese sector que lleva su nombre estaría revolcándose en su tumba. Pues se ha dicho de todo lo que pasa y lo que no pasa en la Manzana 666, ya con ese número tan simbólico nos da un adelanto, nos prepara en una antesala con lo que sucede. De día hay mucho tránsito, variados locales nocturnos abren luego de las cuatro de la tarde, hay botillerías, sucuchos de comida rápida de dudosa procedencia y cero sentido de la higiene, un quiosko de diarios y revistas, residenciales y el legendario “TodoLibros” que para en mi calidad de alumna de literatura me resulta un verdadero paraíso pues los libros los venden a muy buenos precios y se encuentra de todo tipo de literatura. En el escaparate conviven las novelas de Bukowski, de Jorodowsky, Bolaño, Freud como también libros de Astrología, Horóscopo Chino y recetas culinarias Chilenas, paso por ahí, aún no se ha oscurecido y veo a dentro a dos jóvenes, entro pregunto por unos libros de Juan José Millás que no los tienen. Me quedo observando esa dicotomía tan fuerte del mundo de la lectura y el momento en que el carrete se empieza a formar. La belleza de ese contraste tan fuerte me resulta a ratos poética; alcohol y libros. ¿Qué mejor? Uno de ellos sale es un tipo medio lana, con su polola lana también con vidas lanas e intereses lanos, andaban buscando algo del buen Nietzsche. Me acerco a ellos para preguntarle que opinaban de esta famosa esquina, en su asombro me dicen que pasan más seguido por acá, pero para comprar libros que están a bajos precios, pero que no les gusta el carrete de los locales que están por acá.: “Sabes hermana, ( ya me trata de hermana si no soy su hermana), acá hay mucha violencia, mucho exposición gratuita, porque ya a muchos les da miedo andar por este sector ya sea de día, más de noche, ya no hay seguridad, tú no sabí lo que te puede pasar si salí medio tocao de un local, te ven mal y ahí se te tiran encima y dejan pato cachai?, yo pa exponerme, como te digo, de esa manera no estoy”. Su polola interrumpe agregando a lo que su pololo dijo: “Mira se ven constantemente riñas, vienen los pacos, empiezan a confiscar, entran a los locales, piden carnet para verificar la edad y si alguien está consumiendo algo ilícito, ya no se puede carretear tranquilo ¿ves?, la misma gente, los mismos delincuentes han echado a perder este lugar y ojala que no siga más así porque sería una desventaja pa Viña que tanto lucha por el turismo y la wea y las autoridades que no hacen ná”.

Me inquieta lo que me acaban de decir estos lolitos estudiantes de artes, porque yo también he visto y presenciado riñas violentas, me han pedido el carnet, realmente se ven sucesos fuertes, tal esquina ha sido punto neurálgico de prostitución, de narcotráfico, de punto de encuentro de bandas tanto de Skinheads, Neonazis y grupos violentistas.
Ahora es sinónimo de carrete, de juventud descarriada, de gente que luego de la pega, o luego de clases baja y cae en las tentaciones de pasar un buen rato acompañado de alguna rica y helada cerveza pues hay locales para regodearse Square, Urbano, La Comarca, Arica, Rua, Spartako, Balmaceda, Stone… a la vuelta, por Viena está el legendario Vienés, Fusión y el siempre top Journaly otros antros subiendo Agua Santa.
Quedé de juntarme con un amigo, y decidí entrar al Urbano, un local que regularmente voy desde que entré a la universidad, acá estoy sentada con calor y me pedí un shop de medio de cerveza Del Puerto directamente de Valparaíso, sabrosa y helada, acaramelada o rubia y con licor de cacao, ¿qué mejor?. Mientras espero contemplo y quedo anonadada por la amplia providencia del Señor.

Un sujeto se me acerca, por favor que no se vaya a sentar a mi lado, tengo una suerte de imán para aquellos que andan medios arriba de la pelota, un amigo me dijo que quizás muchos ebrios se me acercan porque encontrarán que tengo cara de simpática, me acordé del comentario de mi amigo e inmediato fingí la cara más pesada que alguien podría tener esa cara de “no te me acerques insulso”; nada, no funcionó. Se me acercó igual e irrumpió con un “Hola, me puedo sentar” mientras sonaba el último éxito de la ex princesa del pop, actual cantante en rehabilitación y representante fiel de la decadencia; Britney Spears, pues si hasta la música se ha echado a perder en el Urbano; pop, ¿qué es eso? Continuo, ante la negativa rotunda de mi parte este sujeto no la toma en serio y se sienta me empieza hablar como creyendo si yo estuviera muy interesada.
–Luis, Luis es mi nombre, me preguntaba si me puedo sentar contigo.
Este individuo creía que con un simple nombre ya no sería un extraño, y por su aspecto estaba claro que se encontraba “envinado”. Se sentó a mi lado y empezamos a hablar sobre la concurrida y maldita Manzana 666. “Mira, yo por lo general no carreteo en Viña, me carga o sea me cargan estos locales de por aquí,, pero salí de la media prueba y como creo que me fue bien, nos vinimos con unos amigos a celebrar, aparte estudio por acá cerca, así que piola”. Mencionó a unos amigos, compañeros de su universidad, yo miré para todos lados y éste Luis estaba solo.
Continúa…”Bueno nos fuimos a otro local, fuimos al cerro castillo a tomarnos su vinito loco y después quisimos bajar y heme acá esos weones mamones se tuvieron que ir. Le pregunto cómo definiría este sector de Viña y arroja un rotundo; “Picante y peligroso, yo carreteo más en Reñaca, allá tu cachai a todos, aquí vienen puros giles cumas, pero más aún son las mochas que se arman de la nada, yo no soy bueno pa pelear, pero si me toca, me toca no más”.
Se me pierde un poco este sujeto Luis, mi amigo llega y decidimos ir a otro localcillo.

Ingresamos al ex casino chico, que alguna vez también fue el “Andino”, ahora llamado “La Comarca” que de la localidad de origen de los hobbits de Tolkien no tiene nada. Ya había entrado algunas veces y cada vez que salía de allí me decía; “No volveré a entrar nunca más”, igual me veía sentada en una silla, pidiendo una cerveza y dos vasos. Hay poca gente, miro hacia la ventana y gente entra y sale de los locales en un estado poco cristiano, pero no siempre es así. La música empieza a sonar, tocan en vivo unas bandas tributo a Nirvana y Alice In Chains
Antro de dealers
Entra un caballero solo con una pinta notable entre oficinista y rockstar, rara mezcla, se sienta a la mesa continua y pide una piscola, nos mira y nos sonríe. Empieza la otra canción…”Smell like teen spirit” realmente odio esa canción, podrá ser un himno para la juventud perdida de principios de la década de los noventa, símbolo del aburrimiento y desilusión de una juventud bucólica, yo debo aceptar que fui un adolescente de jeans y chalecos rotos desde octavo básico y segundo medio, pero me duro lo que dura una lec
Pues hasta foros hay de recomendaciones del carrete viña marino
El caballero pide otra piscola, otra y otra, se las toma como si fueran jugos naturales y empieza a chiflar a la banda, empieza a gritar :”Pink Floyd”, “Pink Floyd”, me produce mucha gracia, tal individuo quizás se veía en el Playa pidiendo seguramente algún cover de Pink Floyd, pero no en el ex casino chico. “Tóquense algo de verdad poh chiquillos, algo de verdadero rock spirit”, lo invitamos a sentarse en nuestra mesa, yo dudo un poco porque con estos tipos nunca se sabe, y empezamos a hablar los tres sobre música primero, el tipo era una enciclopedia musical por lo que llamó mi interés, nos contaba que de vez en cuando viene por estos locales, que trabaja en un banco, pero que su sueño frustrado fue haber sido rockero, con eso me acordé de mi viejo quien ralla por los Rollings Stones, su vida era muy de canción monótona de un grupo malo, pero la música le daba esa frescura.

1 comentario:

CSP dijo...

Bueno, a la asidua consumidora de fermentación de cebada no le quedaba otra que escribir sobre el lugar que la ha acompañado en tantos memorables momentos. Era casi un deber moral.

Muy divertidos los personajes a los que encontraste, no creo que hayan esperado ser tratados de manera tan ácida por una irreverente lolita en un escrito más adelante.

Te envidio un poco por vivir allá, pero me consuelo sabiendo que te irás a vivir al inhóspito Santiago próximamente

JajJjaJAJajJAJAja

Ye te Adore, madmuasel._