Hasta hace unos días temía olvidar. Temía dejar atrás, atrás, atrás y lo hice. Lo hice por mí y por tí; lo hice por los dos. ¿Qué saco con guardar recuerdos debajo de la cama, en el armario y en mi corazón? ¿De qué me sirven? Si tan sólo se convertirán en polvo y musgo. Si tan sólo el tercero es imaginario, nunca existió, lo aniquilé, se evaporó. No podría volver a recordarlo, ni volver a olvidarlo. No podría volver a quererlo, a amarlo a aceptarlo si ya no es lo que nunca fue.
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