martes, 19 de enero de 2010

Me siento segura de esta manera
dejaré de dar los mismos pasos
pensando en el espejo que salva mi energía
y en tus dedos
y en tus manos
agitando mi cabello.

Ahora, puedo respirás más fuerte
y hoy estoy muerta
por favor, ahora sé más amable
y dime que es lo que hay debajo de la cama
que no me atrevo a mirar por la ventana
estoy en pánico
y tu sigues con tus largos pasos
déjame seguir la vida.


Quiero reventar, voltearme y estallar.
Quiero hundirme y que te vueltas a comer mi corazón
como una tarde lo hiciste
no sabes lo bien que se sintió,
te llevaste el mal
que a ratos me vuelve y es lo único que tengo.
Y miro ahora, continúo mirando y creo que esto nunca pasará. No menguará tu presencia, ni en los sueños ni en mi vida. Quiero decirte ahora, que puedo nadar más rápido que antes, que ya no soy tan impulsiva y que no ando dañando a las personas. Ahora pienso, que todo lo que ocurrío fue por mera inestabilidad, por llana inmadurez.
El tiempo pasa y yo te recuerdo, lo hago ahora, lo hago siempre, aunque tenga la soga por el cuello.
Confieso que no quiero escribir
que estoy acá con los dedos tiesos
con la pintura hasta el cuello
con mis vértebras torcidas
molidas como maravillas.

lunes, 18 de enero de 2010






Hoy quiero escribir
desde el alma
desde mis entrañas
desde el cuerpo desgarrada
de estas suaves manos que te acarician
y te rasguñan en mil pedazos.
Hoy creo en mi espíritu
en la flor descuartizada
en tu ocaso del alma
y en tu loto.


Hoy mi amor es más intenso
y mi falda es aún más corta
mientras lames mi cabello
transformándome en otra.


lunes, 28 de diciembre de 2009




Acojedora como una de las tantas rabietas

que penetra en el alma, la requiebra

la une y a la atormenta.


Lonaza es tu piel mientras se mezcla con la mía,

áspera es cuando en tu regazo suenan extractos de agonía.
Quisiera perderme, olvidarme, esfumarme
si tan sólo aquel rétamo blanco...


jueves, 22 de octubre de 2009





Hoy estuve conversando durante la merienda con mi abuela Tina y salió el tema de la relaciones interpersonales. LLámenseles pololeos, noviazgos, matrimonios, pinchazos cosas por el estilo y evidentemente tenía que salir a su vez EL TEMA que es el Amor. El Amor, el Amor que lindo que es el Amor, Amor que viene y que se va, decía Neruda en Farewell, como están los tiempos ese Amor se está yendo más que viniendo. Gran parte de las personas hemos estado o estamos o creído enamorados, y hemos sufrido, llorado, pataleado, puteado, creído que se nos viene el mundo encima y cuando menos lo esperamos vuelve a salir el sol, suena cliché, todo lo que se quiera, pero realmente así pasa. Vuelvo a lo inicial, hoy conversaba justamente de eso último con mi querida Tinita, y le comenté que pese a que yo he tenido varios pololos nunca he sufrido así a concho concho, salvo una vez, que creí morir, y viví el Amor y DesAmor al mismo tiempo. El punto es que le decía que esas desiluciones amorosas pasan, uno cree no poder soportarlo, creemos que nunca nos volveremos a enamorar, nos volvemos unos excépticos, la autoestima se ve amenazada, la confianza se convierte en algo utópico, dan náuseas esas parejas que se besan y abrazan efusivamente y uno piensa >>please, get a room<< , en fin, ilusos dolidos.

Vuelvo por tercera vez a lo inicial, uno cree desvanecerse, y vive la vida intensamente durante ese periodo y eso es lo que hablábamos con Tina, cuando le dije que creo que una vez he sufrido a a más no poder, mi abuela me queda mirando sosteniendo la taza del té y me dice: "mmm, no nunca he sentido eso", " tu Tata es quien me buscaba y estaba loco por mí, yo ni me los pescaba" ( diálogo que lo dice una y otra vez, incluso he dudado de su veracidad, pues según mi abuelo era ELLA, la que andaba LOCA por ÉL), para luego terminar con un " yo no sé lo que es sufrir por amor" y yo le dije " que suerte la tuya".

Y ahí quedó el tema, AHÍ, ¡como se me ocurrío pensar por una milésima eso! Cuando lo dije estaba cientoporciento segura de lo que decía, lo dije con mucha decisión y luego me quedé pensando toda la tarde. Por un lado, es cierto, no haber sufrido las peripecias y sin sabores de las relaciones y no tener dolores punzantes y constantes en lo que esa dimensión respecta es quizás mejor por una lado, no obstante a lo más romanticoide posible, no existe la vida sin Amor, sin el Amor, no somos nada, iríamos de A>B sin razón alguna. No veo la vida sin el.



domingo, 18 de octubre de 2009






Desde hace un buen tiempo tenía pensado reactivar este blog, tal como suele pasar lo dejé un tanto de lado por diveros motivos, de hecho no sé que motivos, pero en fin, ahora es tiempo de darle vida nuevamente.


Hoy domingo 17, 18, no sé que fecha estamos, bueno, la atemporalidad del día domingo es tan típica como ir al baño al despertarse por la mañana. Lo cierto es que hoy estaba pensando, más bien, recordando aquellos momentos en que he sido más feliz. La forma en que recuerdo es una mezcla de varios factores. En primer lugar siento como si un imán me tomara por la espalda y me llevara volando lejos en cuestión de segundos, después viene una mezcolanza de olores, sabores y sensaciones, incluso hay episodios que recuerdo deacuerdo a cómo estaba vestido, quizás es un tanto superficial, pero nunca falla. Un recuerdo que tengo muy presente y lo he vivido casi todo este día fue en las vacaciones de verano del 2004.


Coyhaique, XI, contexto: Matrimonio de mis tíos. Enero-Febrero. Mis tíos habían arrendado un hotel muy rústico, precioso, Las Salamandra,s cuyos dueños eran una pareja de españoles con un perro muy lindo. Él se parecía al hijo de "David, el Gnomo" y ella, a Ana de "Los Amantes del Círculo Polar Ártico". El hostal-hotel lo arrendaron entero para toda la familia y amigos, todos los invitados estuvimos lidiando varias semanas, entre caminatas por el lugar, viajes en bicicletas, idas al lago y a los ríos, conversaciones nocturas, ricas comidas, en fin, compartimos grandes momentos. Lo pasé muy bien en esas vacaciones, estaba con la gente que quería, celebrábamos algo importante; el matrimonio de mi tía adorada, me encantaba el lugar, lo que sentía, me encantaba la libertad que sentía al escaparme y escabullirme por cualquier bosque a escuchar los pájaros y mirar las copas de los árboles. Sin embargo, un momento que vivo constantemente es el momento en que desayunábamos todos, algunos eran muy madrugadores, otros iban llegando a borbotones. Recuerdo que me sentaba en esas vigas de madera que eran los asientos y miraba el roble de las mesas, mientras iban sirviendo todo, creo que nunca he disfrutado tanto como ahí del pan amasado recién hecho con mantequilla en cubos y mermelada natural.

Dios! que feliz que era, con aquellas tazas blancas junto a la etiqueta del té. Esperaba ese momento, he repetido de todas las formas posibles aquella mezcla y no, nada pasa, únicamente quedo en el intento.