viernes, 25 de abril de 2008
miércoles, 23 de abril de 2008
Locura/Madness
A fines del año pasado estaba junto a una amiga sentadas en una plaza en Viña tomando un bebestible color rosa de agradable sabor para el paladar y muy dulce en realidad cuando entre risas y humo de cigarrillo de parte de ella vemos a lo lejos la silueta de un hombre acercarse, era un sujeto en evidente estado catatónico; ebrio y volado a más no poder. Nos habló y me empezó a psicoanalizar, me dijo que no trate mal a los hombres (a pito de nada), que no tema ser vulnerable, yo lo observaba y no le dije nada, me incomodó al ser un perfecto desconocido, pero recuerdo mi sorpresa, porque me miraó y me entregó un papel algo gastado y doblado, poesía hecha por él:
Tus miradas me provocan
Tus besos me matan
Tu cuerpo me resalta
Y tu hablar me calla
Tu corazón palpita y
Mi corazón estalla
Tus labios anhelan el calor
De mis labios
Y yo deseo estar por
Siempre a tu lado
Locura de amor, locura de pasión
Por siempre contigo
Mi loco amor.
Quizás qué será ahora de ese individuo y tal título de su poema no me podría haber venido mejor en ese época de ese condenado año que fue el 2007 y gracias al de arriba que pasó.
martes, 22 de abril de 2008
Pionero a las caídas
Demuéstreme la pila de la suciedad
Y rogaré que el alma pueda tomar
Tres stowaways
Desaparezca sin astucia
Y no pagaré
Pero el alma puede esperar
El alma puede esperar
Sigue siendo bonita
Qué con todas estas semanas
Seremos finos
Seremos finos
Pero si sigue siendo bonita
Qué con todas estas semanas
Voluntad encontramos amor
Y supervise
Demuéstreme la pila de la suciedad
Y rogaré que el alma pueda tomar
Tres stowaways
Y usted desaparece sin astucia
Y no pagaré
Pero el alma puede esperar
Le sentía tanto hoy
No del Oh, usted intenta
Usted vuela derecho en mi corazón
Usted vuela derecho en mi corazón
Muchacha, le conozco intento
Usted vuela derecho en mi corazón
Usted vuela derecho en mi corazón
Pero aquí viene la caída...
Tanto para mí que cree ese dolor
Tanto para los sueños vemos pero nunca cuidamos para saber
Su corazón me hace la sensación
Su corazón me hace quejido
Para siempre y siempre, nunca dejo para ir
Encubierto siempre
¡Caja fuerte e interior, vivos!
Demuéstreme la pila de la suciedad
Y rogaré que el alma pueda tomar
Tres stowaways
Una pasión adaptó
Tiro del negro del gris
Pero el alma puede esperar
Le sentía tanto hoy...
Creo poder comerme un corazón
Eres un idiota, no tienes inspiración
Cada vez que respiro pienso en desaparecer
A quien le rezarás ahora
Si la vida tiene su curso
No puedo creer lo que oigo
Aún así pido perderte
Dímelo a mí
Que lo sé por el doble
No tienes porque arrodillarte.
Tersa mañana
Púrpura lozanía
Calla
Rocío calla
Come de tus entrañas
La sonoridad me importa un comino
No creo seguir adelante
Dime la verdad
De alguna jodida vez
Es no es el indicado
No creo ser capaz de matar a alguien
Trato de seguir el rumbo
Pero me siento sin el
No sé
No sé que creer
No sé que sentir
Me siento perdida
Eso es cierto
Perdida
Me angustia esta sensación
Porque es tan pasajera
Lo sé
Es pasajera
Pero ella sin invitación alguna
Eso es lo que me agota
Llega cuando menos la espera
No quiero sangrar
No quiero beber
No quiero morir
Que fatalista suena esto.
Mis falanges permanecen aún tiesas
Alguna vez las estuvieron y creí que desaparecerían
Me arrojas tus sentidos
Y yo me quedo mirando
Es una desilusión no saber que nos pasa
Creo desmayarme
Y creo que no me puedes ver claramente
No puedo creer lo que me acabas de decir
Ignoro si es el momento
Es una tragedia con sabor salado
Cuando es lo dulce lo que me permite vivir
No puedo seguir viéndote
No creo en que las estrellas se alinearán
No existe dicha cosa
Aparentemente.
Me carga el olor a cigarro, el humo.
No puedo dejar de apretar fuerte los dientes.
No me puede dejar de gustar el chocolate.
Me carga cuando los hombres dejan las dos tapas arriba del baño.
Cuando envejecen y le empiezan a crecer vellos en ignotas partes como las orejas y les salen en la nariz, ikki.
Ser tan alegona
Ser a veces tan realista cayendo en lo fatalista.
Esos episodios de paranoia y de tedio que me vienen
Me cargan los minos jotes.
Desconfiar de los hombres.
La minas weonas, huecas
El weonaje
La estupidez humana, pero la nociva.
Me cae mal el pisco.
Los malos olores.
Los fanatismos.
Los flaites, aunque algunos me dan risa.
Los engrupios.
Los "alternativos"
La gente cínica
El olor a fritura
Me cargan ciertas carnes
La gente violenta
Las injusticias.
No me gustan los frugelés de limón, ni los de durazno.
No me gusta la leche entera, ni el milo.
Las achicorias y los locos, me dan nervio.
No sé nadar bien.
Siento que si a alguien no le gustan los animalitos no son buenas personas.
Me carga ser tan prejuiciosa a veces
Las minas que andan piluchas prácticamente cuando hay 10 grados bajo cero.
Los escotes feos.
Las películas malas
La gente cerrada.
Los ignorantes.
Los homofóbicos.
Los intolerantes.
No me gusta el apellido Verdugo ni Venegas.
No me gusta el nombre Rubén, ni Marcelo /a, ni Ramón
No me agrada no tener buena vista
y no me agrada ser tan olvidadiza y despistada.
No me gusta cuando me hacen sufrir
ni sentirme vulnerable.
pero hay muchas cosas que me gustan!
El Encuentro
Preferí subir por las escaleras porque eso me permite no pensar en lo que vendrá en algunos minutos, me permite no decidir qué haré cuando llegue a mi destino, puedo aprovechar el tiempo distrayéndome en sandeces como contar los escalones, adivinar si terminarán en número par o impar, mientras subo me toco los muslos y me encanta la sensación de tenerlos tan tonificados, eso es gracias a que soy una persona muy activa, me alimento sanamente. Todas las mañanas como mi cereal con frutas y tomo leche sin lactosa, pues tengo que mantenerme siempre firme y saludable por mi profesión. Soy profesora de matemáticas, y bueno, mi vida era bastante normal, hasta que me metí en esto. No me agrada tomar el elevador ya que lo más probable es que me vaya mirando al espejo, viendo lo arrugada que me he puesto últimamente, o contando los pisos que faltan, compartiendo el aire con extraños, intercambiando miraditas cínicas o la típica mujer mayor que te mira de pies a cabeza con cierto aire de grandeza tomándote por prostituta, señora míreme:“soy una mujer bella, que se siente a gusto con su cuerpo, pero no con su alma”.
Nunca me pongo nerviosa con los hombres, pero cambio totalmente cuando estoy frente a alguno que me guste y no sé cómo comportarme frente a un hombre que me gusta, supongo que se me nota, o por lo menos yo lo noto porque me dan ganas de ir al baño a cada rato y por comer helados. Estoy parada, frente a la puerta de la habitación del hotel donde se está quedando este hombre, Harry. Nunca lo he visto en persona, sólo en fotos que me hicieron llegar y de lejos se me hizo bien guapo, le hice señas y no respondió, no creo equivocarme de piso ni de número de habitación anoté claramente en mi libreta Hotel Real, hab. 305, tercer piso, hombre blanco, 32 años, alto, con acento foráneo, recién casado. Me dijeron que lo esperara en la puerta principal cruzando la calle, ahí esperé y esperé, estoy segura que es él. Lo miré hacia donde éste estaba y él me miró, estuvimos así un buen rato, lo identifiqué, le grité nuevamente, hasta que decidí acercármele e iniciar el encuentro.
-¿Porque no me abrías?, te estuve esperando más de una hora afuera como tonta. ¡Ahhh que fastidio!, ¿por qué no avisaste que ibas a estar acá y no al frente? ¿No me vas a hacer pasar?
(Piensa, Piensa, no seas ridículo intenta algo aunque sea algo.)
- Mmmm disculpa, lo olvidé por completo. Pasa por favor, permíteme tu bolso.
(Lo que ella no sabía era que yo no tenía idea de qué se trataba todo esto y qué pesado que tiene el bolso, que diablos llevará acá.)
-Pero que lindo el hotel donde te estás quedando, me encantó, he vivido diez años acá en Sevilla y nunca me he quedado en un hotel, no te molesta que me saque estos tacones, no aguanto el dolor, me están matando, esto de ser mujer, bueno, da igual.
-Algún día te tocará, como a todos, o casi todos.
(No sé qué diablos pretendo conversando con ella.)
-Escucha, Joe me dijo que todo saldría bien, no hay cabida para que las cosas salgan mal, ya sabes como es el procedimiento, ¿cierto?
(Realmente esto es tan bizarro para mí Que le queda bien esa blusa, a mi mujer no le queda el azul como a ella.)
-Bueno sí, pero ya sabes, siempre siento que esto es como si fuera por primera vez.
-Entiendo, Harry, entiendo, pero vamos, es tu trabajo, ser asesino a sueldo es tu trabajo, como cualquier otro, yo enseño matemáticas en una escuelita cerca de acá por las mañanas y el resto de mi tiempo lo dedico a alimentar a mis peces y a esto, que me permite sentirme viva.
(Creo que me desmayaré, siento un frío por todo mi cuerpo, no puedo creer lo que me acaba de decir esta mujer. No puedo creer, no quiero creer en esas horrendas palabras que salieron de aquel par de labios gruesos y de color carmín. Harry…asesino a sueldo…esto me suena a mafia…por qué abrí esa condenada puerta.)
-¿Disculpa, de qué me estás hablando?, quiero decir, mi mente se paralizó un momento y creo no entenderte para ser honesto. No logro pensar en nada en estos momentos, ni en mi esposa que está enferma en el cuarto continuo.
- Creo que me perdí de algo, supongo que es un juego esto de hacerte en desentendido, piensa que yo sólo soy una mediadora. Casi lo olvido, que no te extrañe que tu adorada y joven esposa se sienta tan indispuesta. Las náuseas y el dolor de cabeza son normales. No hay ningún médico en todo el hotel ni en los alrededores pues todos están en un seminario. Mientras ustedes almorzaban le pusieron un sedante a su comida para que cuando yo llegase no sospeche de nada, puesto que se preocupará más de su malestar que de la llegada de otra mujer.
(Esto cada vez me parecía más turbio, no lo puedo creer, esta mujer es una psicópata, no debería haberle abierto la puerta, llamaré a la policía, no, mejor, le diré la verdad que no soy ese tal Harry, que estoy acá por mi viaje de novios solamente donde uno no quiere la intromisión de un extraño.)
-¿Qué tengo que hacer?
-Así me gusta, así me gusta, a propósito mi nombre es Eugenia Gómez.
Y pasaron las cuatro estaciones, me dejé llevar entre tanto misterio, tanta impaciencia y apasionamiento de parte de ella por todo este embrollo. Se presentó como un desastre, su blanca falda estropeada, uno de sus tacones quebrado, ella se me volvió tan cómoda y misteriosa y yo quería vivir mi vida de químico farmacéutico, nunca aspiré a más, no me inquietaba por nada. Queríaunarazónparasercompletamentefeliz y llegó tocándome la puerta. Viajé por todo el mundo, aprendí nuevos idiomas, practiqué deportes extremos, robé bancos, asalté a mano armada, superé mi marca de trote, dejé de fumar, empecé a beber más, mis prioridades cambiaron, me presentaron a gente muy influyente y poderosa, me convertí en un Otro.
Ambos sabíamos que no éramos quienes creíamos que éramos, pero nos dejamos llevar, engañar gratuitamente, no era amor, no se trataba de eso, fue sólo que le quería poner vida a mi propia vida y no pude desechar esta oportunidad, cuando me vi ahí rodeado de criminales con una lista escrita a lápiz grafito sobre el velador con los nombres mis víctimas, matando como bestia a personas que tenían hijos, esposas, esposos, mascotas, que tenían que cortar el pasto un día domingo, o terminar de pagar el dividendo de su casa e ir a jugar bingo, quise parar. Estaba trabajando para un hombre o mujer nunca supe, ya era muy tarde, de un ser humano honrado e integro pasé a ser un sujeto amoral, incrédulo y frío.
- A ver, les voy a aclarar todo.
- A ver les voy a aclarar todo.
-¿Qué estás haciendo?
-¿Qué estas haciendo?
-Esto no es gracioso, para de imitarme.
-Esto no es gracioso, para de imitarme.
-Que infantil, para.
-No es infantil, eres Tú.
Yo soy Tú.
Los diálogos con una misma frente al espejo nunca han sido del todo satisfactorios, en mí conviven dos mujeres que chocan, me di cuenta que mientras más hablo en voz alta conmigo misma, en vez de aclarar mi mente, me complica el doble, eso me pasó con Pedro, pensó mucho y yo también. Él se alejó sin darle explicaciones a su mujer, se alejó de su vida, de su trabajo, de su país. Un viaje de novios pronto se volvió un viaje a su interior, estuvo ausente por bastante tiempo, esas cuatro estaciones se convirtieron rápidamente en cuatro años, cuando decidió volver su esposa había muerto, de la pena dicen que fue, la pobre creyó que su Pedro la había dejado por mí, eso escuché, se corría el rumor de “el extranjero que en su luna de miel dejó a su hermosa mujer por la ramera del barrio que es profesora como mera chapa”, el rumor fue tan fuerte que la comió viva, lo cierto es que durante todo ese tiempo comí mucho helado e iba siempre al baño, tengo una vejiga que no aguanta mucho. No puedo creer que todo esto se originó por no entender mis números, la habitación 305 nunca fue mi blanco, fue siempre la habitación 405, siempre se trató de un piso más arriba, del cuarto piso, no el tercero, y no entiendo como el tres se vistió del cuatro. Cuando supo de su partida, Pedro me dejó, todo fue muy inesperado y violento tomó sus cosas y se marchó y a mí me siguieron gritando puta en la calle.
ECHOES
Dios...
Me aniquila
Me insita
Me mata
Aborrezco el ensueño
Aborrezco la lejanía
Y amo la soledad
Mis pies tiemblan
Mi quijada me llama
Pretendo seguir buscándote
Pero te me escapas en la nada
No te resistas bella flor mía
Que el mar esta herido
Y la gaviota todavía no pesca
Creo en el juego
Y creo en el amor
Somos unos viciosos pervertidos
Soñamos con el otro
Agarro la suave y cristalina sensación de haberte tenido
Y te me escapas
O yo te deje ir
Que insulsa más grande que fui
Lamento al llanto
Lamento el odio y la rabia
Nunca dejé de recordarte
Pues para mi eres inevitable
Te amo más te amo a ti que al mismo aire
Más que a la vida
Más que a la felicidad
Que sucedió mi extraño sol
Que un día me desperté y repudié todo lo que me rodeaba
No tenías porque ser participe ni escuchar mis tormentos
Que son cosa del pasado
Y ahora cantan y bailan como seres desintegrados
Como fantasmas sin cuerpo
Como lo que fueron, recuerdos.
Anoche de nuevo te recordé, lo hago todos los días, ha cada rato, a cada momento, cada respiro me recuerda, cada bocado, cada palabra, no se cuanto mas pueda resistir esto, te adoro con locura.
Y sigo escribiendo como enferma
¿Alguna vez te dije lo hermoso que te ves durmiendo?
O lo bello que eres al despertar, te quiero con todas tus mañas y todas tus manías
Con tus gestos, como te echabas el cabello hacia atrás con tu mano derecha y te lo acomodabas detrás de tu oreja, o cuando tomabas un cuadernos y lo apoyabas con tu antebrazo izquierdo y su mano delicada empuñada, o cuando abrías los orificios de las narices cuando algo no te agradaba, o tus imitaciones afeminadas, eres la persona que más he querido, que más me ha hecho reír, que me permitió dejar de tratarme tan mal y empezar a quererme tal como soy y que he cambiado todo lo que no me gustaba.
Compartamos una sonrisa.
Un Día...
Más adelante sucedería algo que ella no esperaba;dos vacunas sobre el lomo y una receta médica. Pero eso fue después.
Señor, lo ví y mi vida se iluminó por unos segundos, lo miré en su entrada, usted me miró. LLevaba pues, una mochila azul en sus manos delgadas, pero grandes, adentro de ella se asomaron dos ojos, dos pequeños luceros de una belleza sublime, de una fragilidad abismante que no decían nada.Su altura me sorprendió, no sé porqué ahora lo recuerdo alto, en ese momento no me lo pareció y menos aún cuando se sentó a mi lado. Creía que nos conocíamos, que eramos dos personas que llevaban a sus amigos al veterinario, le hablé y usted a mí. Me pareció tan intrigante. Me contó de su mujer, de sus hijas, de su gata, de sus perros, de sus recuerdos des infancia, de su madre, hombre vuelva a aparecerse. Me sentí tan cómoda con su presencia y compañía, incluso pensé que podría estarle conqueteando, pero no fue así, que diablo! no quería que llegase mi turno y debiera pasar a la consulta, deseaba seguir hablando con usted, me gustaba tratarle de descubrir su color de ojos, pero se tornó tan complicado por esos oscuros lentes que cubrían. Fue ahí cuando me fue turno, no quería dejar de hablar con usted, estaba tan entretenida y asombrada por esa facilidad y soltura al contarme sus cosas. Yo le hablé del amor a los animales, de mi perra Carmina que tiene 11 años, que ya me hago la idea que algún día me abandonará. Me contó también del gato de un amigo suyo que era tan lindo que había hecho comerciales para la Coca Cola jaja. De las perdices, del parrón, de su caturro, cuando se le ponía sobre su cabeza y volaba por toda la casa. De los niños que pasaban por su morada y veían a sus gatos y a su querida ave. Me extrañó la seguidilla de muertes cercanas que tuvo que pasar, sus perros. Usted me dijo que los animales entienden más de lo que uno cree, lo entienden todo.
Me encantaría tenerlo como abuelo, como tío, aunque sea como vecino. Lo hubiese invitado a tomar el té y comer algo dulce, tal como en todos nosotros nos gusta comer luego del almuerzo. Quería que ese instante se alargara y que se transformara en una prolongación eterna de un momento en que realmente escuché y fui escuchada. Espero que su gata esté mejor, que esa anemia no la debilite más, pero usted sabe que son más fuertes que uno. Que viva siglos! y siglos más! ya nos toparemos de nuevo.
La consciencia de una pequeña
Pues la vida de uno es una novela, un poema, un informe, un inventario, un registro o un Haikú, que se yo. Son estos últimos, los que por su delicadeza y sencillez no muchos pueden ser. Mi niñez la siento muy mágica, al igual que los recuerdos que tengo.
Estoy en Villa Alemana, jugando, corriendo, plantando cáctus y haciendo queques con mi abuela Tina, empiezo a entender y asimilar las leyes de la naturaleza y de sobrevivencia. ¡Bendito Darwin! En mí crece un sentido de responsabilidad y también una cuota
de afán imitativo, veo a mi abuela matar caracoles. Sí, caracoles, pues se comen sus plantas y los toma y los estrella contra el concreto, duro, áspero, reacio a deshacerse, y esos pequeños van ahí, no es su sino ese, pero si viven en el jardín de mi abuela es cosa de suerte. Tan frágiles y diminutos que son, se ven temerosos o por lo menos eso demuestran. Sin embargo, ¿cuál es el sentir de un caracol?; esa interrogante no la estudio. Simulan ser kamikazes a la fuerza, acá siento la barrera, esa brecha que nos separa entre los hombres y los seres más nobles, la otra parte del reino animal.
Mi lógica es avanzada para la edad, me mueven y apasionan otros temas, no ir al jardín ni más adelante el colegio, en esos antros no medito ni percibo las sensaciones que la naturaleza me entrega. En mi inocencia caigo al cree que tengo poderes sobrenaturales, como pensar algo y que se haga, tratar de leer la mente, fomentar mi intuición a través del acto de adivinar los pensamientos del resto. Considero a mis compañeritos de jardín muy planos y es increíble que me acuerde de todo esto. Recuerdo cuando todos los niños en recreo entrábamos a una casita de juguete de madera en el patio del Jardín infantil, ahí estábamos pues, todos esos enanitos que algún día creceríamos, yo me sentaba a la entrada en una banca y los miraba entrar y salir tan enajenados de sí.
De mi jabonera amarilla de Mickey Mouse también lo recuerdo, ese que nos sale hasta en la sopa, ¿y de dónde viene ese dicho?, si a mucha gente no le gusta la sopa, lo que es a mí me encanta.
Pues bien, ahí me ven desde un primer momento en que jugaba a las carreras con los caracoles, los ordenaba de mayor a menor o de menor a mayor, o según su color, porte y los hacía enfrentarse a una batalla. Siento ese episodio de mucha espera, pues como es sabido son lentos, algunos no se movían, otros se iban de la recta y el resto no sabía seguramente que hacer. Desde esa pequeña y tierna niña pasé a una asesina en seria de caracoles, los buscaba, los aplastaba, los pisaba, me encantaba escuchar ese “crack, o un crunch” que su caparazón producía contra mi zapato y el suelo. San Francisco de Asís debe estar revolcándose en su tumba, pero fue ahí donde la perversión se gestó.
No sabía bien el tema de la muerte, matar alguien o un pequeño ser por mero gusto me di cuenta que no iba en mí. Maté en masa caracoles, los juntaba y los arrojaba desde largas distancias para que queden como estampillas en la tierra. Recuerdo que un día los puse en un tiesto azul y les eché sal, era un festival de burbujas que me pareció sublime y fue ahí donde me dije: “Basta, esto ya es morbo”. Un día tiré alrededor de 30 caracoles a la piscina de los vecinos, fue tanta su indignación que fueron a hablar a la casa de mis abuelos y yo lo negué todo. Cuando era pequeña y aún lo soy, era muy traviesa y curiosa. La visión de muchos quienes me conocieron antes de los 5 años era que yo era una niñita muy tierna, educada, delicada y atenta, pero se contrapone a ciertos actuares que tenía, me intrigaba el tema de la muerte, nunca he creído en la muerte como un hecho real, considero que es un proceso, nunca se me ha muerto alguien verdaderamente cercano, estoy llena de manías, como lavarme las manos a cada rato, manías a los malos olores, a sacudir todo. Lo que uno es cuando es chico lo prolonga cuando crece. Somos una suerte de prolongación de acontecimientos anteriores.
Siempre me sentí como una vieja chica, y ciertos familiares creen que soy hipocondríaca.
Realmente cuesta creer como cambiamos tanto a pesar de que en esencia, somos los mismos. Ahora jamás podría dañar intencionalmente a algún ser indefenso, me arrepiento, pero olí el terror de aquellos débiles caracolitos. Me di cuenta de cómo funcionaban ciertas cosas, atrás quedó la Natalia que creía que las noticias en la televisión eran inventadas por gente con mucha imaginación que recibía un pago mensual como cualquier otro trabajo. Durante largo tiempo creí en eso fervientemente y darme cuenta que yo estaba tan alejada de la realidad me permitió aceptar y me dije:” Wow Natalia, estás creciendo”.
Ahora bien, me resulta curioso ser una amante de los perros si me han mordido tantas veces, me gustaría ir a esos programas donde hablan sobre las cicatrices, pues yo tengo hartas y nos permiten recordar que el pasado fue real. Me mordió el Collie que ya desde hace muchos años descansa en paz, me mordió el labio inferior y me lo reconstruyeron, nos atacaron creo que dos veces unos perros de una vecina que era una verdadera bruja, nos mordieron a mi padre, a mi madre y a mí y me llevaron de urgencia a un consultorio un par de cuadras cerca del troncal y mi padre me dio unos manjares en forma de tubos que luego un poco más de 14 años vine a nuevamente probar. Para mí eran signo de un mal momento, un pésimo recuerdo en que no siento ahora el dolor físico, pero sí la carga y la angustia de pasar algo así siendo tan pequeña. Y otros perros más me han mordido. Vacilaba con Pink Floyd, Beatles y Pablito Ruiz, en ese entonces jamás imaginé en que terminaría ahora ese pobre diablo. Soy muy joven y el té se me enfría.
¡Aquí vamos nuevamente!
Get Born
Soy hija única, de padres separados, (lo que está muy de moda por estos días), tal hecho me marcó profundamente, pero más adelante me detendré en el. Como decía no tengo hermanos puesto que mi madre sufrió un paro cardiaco acompañado de otras dificultades, casi pierde su vida, era ella o yo digno tal suceso de una teleserie romanticona, de esas que nos burlamos de lo cebollentas que son. Crecí con todo el afecto, el amor, la entrega, el apoyo y preocupación, eso creo, no, no lo creo; es. Tengo excelente memoria. Digo eso de que crecí con la preocupación de los demás hacia mí porque tuve una infancia con diversas complicaciones físicas y salubres. A medida que fui creciendo compartí entre Villa Alemana y Viña del Mar con mis abuelos paternos y mi abuela materna. Tengo la suerte de tener a mi bisabuela aún viva y fue quien me enseñó a caminar. Entré al jardín “Capullito” en la Villa y con mi Padre le creamos un grito:”Capu- Capu, llito-llito, Capu- Capu, llito-llito Capullito donde usted lo estudia todito”. Puede ser una cursilería, pero es un gran recuerdo.
Ahora ese jardín es una casa particular y siempre paso por ahí cuando voy a ver a mis abuelos, medito sobre como la niñez se nos va tan pronto, a pesar que desde pequeña tuve grandes problemáticas acerca de la existencia y la razón. Tengo recuerdos de episodios enteros en ese jardín; hacer de bruja y de duende, las dificultades de cortar con tijera, las calificaciones, las notas de las tías, recuerdo su nombre “Eugenia”, tiene voz raspada, siempre me llamó la atención su voz.
En el año 1993 ingresé al Colegio Champagnat y estuve por 12 años en tal establecimiento, ahí compartí vivencias, experiencias, conocí a grandes personas, hice todo lo que tenía que hacer en esa etapa, sin embargo estuve 12 años con los mismos gilipollas, claro con cariño, pero no volvería nuevamente a esa etapa. Mi adolescencia fue un tanto dura tanto para mis cercanos como para mí, es acá cuando se gestan los reales cambios, se afirman los gustos, los intereses, las convicciones y los cuestionamientos aumentan, se da el escenario para las crisis que he sabido sacarle todo lo positivo cuando se manifiestan. Al momento de egresar de cuarto medio mi Madre, profesora de Historia, decidió irse a trabajar y vivir a una recóndita isla en la XI región, la región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, como diría nuestra querida Presidenta ahora. Este acontecimiento sin duda obligó a dar un giro de 360 grados de ese momento en adelante.
Vivir por tantos años con la Madre para luego de un momento a otro tener empezar todo de nuevo, viví con mis abuelos, luego con los otros, luego sola, para convivir y no con mi abuela materna que es toda una caja de sorpresas. Yo me quedé acá a la espera de un inicio de una nueva etapa académica. Mi Padre es un hombre increíble, un sujeto sospechosamente igual a mí, o yo igual a él. Cuando ellos se separaron sucedieron muchas cosas, y yo ahí. El sufrimiento para todos fue abismante, pero a medida que ha pasado el tiempo uno entiende el porqué de muchas cosas que antes no se comprendían o no querían ser comprendidas y aceptadas. Al estar en un colegio católico inicialmente había que tener mucho cuidado, predicaban un concepto de familia que es el ideal, pero que no se acerca a la realidad de cada uno de nosotros puede o no puede tener, pues yo no la tenía.
Por alguna razón mi vida se ha vestido de sucesos absurdos y digamos que tengo alma de vagabunda.
Ese Hombre Tiene un Clavo
Ah! está bien, para qué miento.
Tengo un tarro, si es un tarro realmente.
Un tarro como esos del café instantáneo, de metal, que cuando choca contra el suelo,su eco violento repercute por toda la habitación, vacía y concreto en la cual vivo.
Los ecos son su don.
Los mido.
Cuando los escucho siento la soledad en su más alta epifanía.
Escucho la soledad horrorosa.
Como decía, tengo un tarro.
Lleno de clavos de todos los lugares.
Incluso hasta de los más ignotos.
Tengo clavos de todos los tamaños y diámetros.
Algunos están nuevos.
Otros están oxidados, creo que esos son los que más me gustan.
Mis favoritos son los clavos chicos y oxidados.
Sin embargo cada vez que..., ¡siento olor a café!sin embargo cada vez que intento martillar tomo uno.
Tomo un clavo y lo aprieto sobre la superficie que deseo clavar.
Me pongo otro en la boca en el caso que llegase a fallar al lanzar el primer martillazo.
Ese es el que le da el golpe inicial y es quien decide si el clavo entrará o no.
Siempre suelo errar y tiro martillazos al aire.
Por Partida Doble
-Juro que yo no lo maté, no sería capaz, no saben de lo que están hablando, no diré ni una palabra más hasta que llegue mi abogado.
-Señorita Vila, le pedimos que coopere con nosotros, usted es la principal y única sospechosa.
-No lo maté, me jugó una broma, una cruel broma y lo único que quería era arruinar mi vida y lo logró, lo tenía todo planeado, por favor créame.
-Insistimos, nos pide mucho que le creamos, no está en nosotros creerle o no, los resultados de la autopsia no coincide con lo que usted dice. Ahora bien, respóndanos, ¿Cómo conoció Ud al señor Gil?
- Fui y sigo siendo una tonta, el maldito zorro, siempre supo todo. Lo manipuló todo.
Stop, Rewind.
…Bueno, estos creen que les será fácil, ¿cómo conocí al señor Gil?, que de Gil no tenía nada, no se puede ni siquiera hablar de cómo lo conocí, ahora me doy cuenta que nunca lo conocí, nunca lo llegué a conocer, ni lo conoceré, menos lo entendí. Yo era una joven que recién se había titulado de periodista, creía que me las sabía todas, era ambiciosa e interesada, me juntaba sólo con personas a las cuales sabía que les podía sacar algo, si no me servían las desechaba, estaba muy segura de lo que quería y bueno, supongo que algo he cambiado. Él me conoció así, en un bar, ambos estábamos solos, nos miramos y me invitó una copa, de ahí que estuvimos juntos hasta ahora (…), fueron los cinco años más hermosos de mi vida y sólo tengo 27, me gustó de inmediato, me pareció un tipo muy guapo e interesante, también me resultó familiar y luego averigüé que era un conocido escultor, todo un artista.
Stop, Play.
-¿Nos contestará la pregunta Señorita Vila?.
-Lo siento. No lo conozco. Todo lo que sé sobre él lo leí en una carta que me dejó hace unos días.
“Querida gatita:
Cuando leas esto seguramente estarás de pie, con las rodillas arqueadas, las falanges tiesas, las palmas de las manos sudadas, sentirás que tu corazón se detiene y que un hilo de sangre corre de tus pies a tu pequeña cabecita… naturalmente te sentirás ridícula, utilizada, tonta y déjame decirte que no estás tan equivocada. Quiero serte franco por primera vez, cuando te conocí me dieron náuseas y me encantaste. Estábamos los dos solos, como esperando la presencia del otro, éramos dos extraños en la noche, jaja que cursi resulta todo eso, que asco me da, te invité una copa y tu me aceptaste 10. Entre tanto alcohol y cigarrillos de tu parte nos tornamos cómplices, lo único que quería era ir al baño de mi casa y terminar un crucigrama que me estaba devorando los sesos y tú, tan patética, bebida, insinuabas que te querías acostar conmigo, hecho que tú crees que sucedió pero no pasó nada, te llevé a mi casa y te metí a la bañera y rompí todos los almohadones que tenía y te eche las plumas encima…parecías un ángel. Me confesaste tu deseo de toda la vida de matar a alguien, pero sabías que nunca lo harías, que no te atreverías, pero esos deseos psicópatas te acompañaron siempre, en stand by, pero como vemos todos, despertaron, siempre estuvieron ahí. Al contemplarte me pareciste hermosa, con tu rimel corrido, con el tirante de tu vestido hacia un lado que dejaba ver tu redondo hombro y tu delicado cuello, supe en ese momento que te quería como víctima, te elegí como víctima, te pediría perdón, pero no lo siento, creo que eres tú quien debería pedir disculpas, pero no me interesa en absoluto. Estás en todo tu derecho para sentirte usada, que todos estos años fueron una mentira, porque lo fueron, pero debo reconocer que me enamoré de ti y eso en sólo momento me hizo dudar de que si era capaz de seguir con todo esto y como estás leyendo ahora esta tierna carta veo que los dos nos atrevimos. Yo te confesé que quería joderle la vida a alguien, sólo por jodérsela, jamás había sido tan transparente, no tenía a nadie en mente y te vi… y supe que serías Tú.
Te enredaste en tu propia red arañita, me quisiste traicionar y yo me adelanté, porque intuí tu jugada, desde un principio tuve todo calculado. Ahora te relato mi procedimiento, seré breve. Vengo llegando del Casino y ¿me podrás creer que gané?, no es la primera vez, siempre he sido un cabrón con suerte, todo ese mundillo del juego lo encuentro decante no sabía que hacer con el dinero y bueno lo malgaste, me quedan unos cuantos billetes sueltos, estoy viejo Paz, he hecho de todo lo que he querido en mi vida y ya no me queda nada, pero estoy feliz, siempre escribo a máquina, pero esta vez preferí escribir a mano, tú siempre amaste mi letra y yo nunca entendí la tuya, la odie. Al llegar a casa puse tres vasos sobre una mesa con tres diferentes líquidos y sólo a uno de ellos le agregué arsénico, fue un verdadero desafío, escogería uno al azar, ya teniendo todo tan resuelto en mi vida, no me quedaba más que esto. Sé que llegarás en algún momento, sé que me matarás, pero yo llevo la delantera en este juego, todos creerán que tú me mataste, punto para mí y hasta los resultados de mi autopsia indicarán que morí por tú culpa, pues soborné a mis amigos encargados de realizarla. Tiraste del gatillo y puedes pretender que me mataste punto para ti, lo que no sabes es que yo ya estaba muerto. Creo que ya no siento nada, no me queda nada, me está dando sueño, planee mi muerte y los dos salimos felices por partida doble”.
Un abrazo querida desconocida, J.
Yo, Paz Vila soy una mala persona. Con una bella Schofield le herí de muerte, en la cabeza y el pecho. Sólo un chorro de sangre saltó con el primer disparo manchando por completo su billetera que estaba junto a la mesita de luz, en ella sólo quedaba un billete y debajo estaba el diario…no sé si esto es una tragedia para mí, o lo fue para él.
Juvencio Gil me jodió la vida y le resultó, se me adelantó. El final duele, creo que me duele más…pues ya está…muerto. Resulté culpable, homicidio calificado dijeron, pues lo premedité. Maté al hombre que amaba, pero más amé el deseo de haber por fin matado a alguien.