-Juro que yo no lo maté, no sería capaz, no saben de lo que están hablando, no diré ni una palabra más hasta que llegue mi abogado.
-Señorita Vila, le pedimos que coopere con nosotros, usted es la principal y única sospechosa.
-No lo maté, me jugó una broma, una cruel broma y lo único que quería era arruinar mi vida y lo logró, lo tenía todo planeado, por favor créame.
-Insistimos, nos pide mucho que le creamos, no está en nosotros creerle o no, los resultados de la autopsia no coincide con lo que usted dice. Ahora bien, respóndanos, ¿Cómo conoció Ud al señor Gil?
- Fui y sigo siendo una tonta, el maldito zorro, siempre supo todo. Lo manipuló todo.
Stop, Rewind.
…Bueno, estos creen que les será fácil, ¿cómo conocí al señor Gil?, que de Gil no tenía nada, no se puede ni siquiera hablar de cómo lo conocí, ahora me doy cuenta que nunca lo conocí, nunca lo llegué a conocer, ni lo conoceré, menos lo entendí. Yo era una joven que recién se había titulado de periodista, creía que me las sabía todas, era ambiciosa e interesada, me juntaba sólo con personas a las cuales sabía que les podía sacar algo, si no me servían las desechaba, estaba muy segura de lo que quería y bueno, supongo que algo he cambiado. Él me conoció así, en un bar, ambos estábamos solos, nos miramos y me invitó una copa, de ahí que estuvimos juntos hasta ahora (…), fueron los cinco años más hermosos de mi vida y sólo tengo 27, me gustó de inmediato, me pareció un tipo muy guapo e interesante, también me resultó familiar y luego averigüé que era un conocido escultor, todo un artista.
Stop, Play.
-¿Nos contestará la pregunta Señorita Vila?.
-Lo siento. No lo conozco. Todo lo que sé sobre él lo leí en una carta que me dejó hace unos días.
“Querida gatita:
Cuando leas esto seguramente estarás de pie, con las rodillas arqueadas, las falanges tiesas, las palmas de las manos sudadas, sentirás que tu corazón se detiene y que un hilo de sangre corre de tus pies a tu pequeña cabecita… naturalmente te sentirás ridícula, utilizada, tonta y déjame decirte que no estás tan equivocada. Quiero serte franco por primera vez, cuando te conocí me dieron náuseas y me encantaste. Estábamos los dos solos, como esperando la presencia del otro, éramos dos extraños en la noche, jaja que cursi resulta todo eso, que asco me da, te invité una copa y tu me aceptaste 10. Entre tanto alcohol y cigarrillos de tu parte nos tornamos cómplices, lo único que quería era ir al baño de mi casa y terminar un crucigrama que me estaba devorando los sesos y tú, tan patética, bebida, insinuabas que te querías acostar conmigo, hecho que tú crees que sucedió pero no pasó nada, te llevé a mi casa y te metí a la bañera y rompí todos los almohadones que tenía y te eche las plumas encima…parecías un ángel. Me confesaste tu deseo de toda la vida de matar a alguien, pero sabías que nunca lo harías, que no te atreverías, pero esos deseos psicópatas te acompañaron siempre, en stand by, pero como vemos todos, despertaron, siempre estuvieron ahí. Al contemplarte me pareciste hermosa, con tu rimel corrido, con el tirante de tu vestido hacia un lado que dejaba ver tu redondo hombro y tu delicado cuello, supe en ese momento que te quería como víctima, te elegí como víctima, te pediría perdón, pero no lo siento, creo que eres tú quien debería pedir disculpas, pero no me interesa en absoluto. Estás en todo tu derecho para sentirte usada, que todos estos años fueron una mentira, porque lo fueron, pero debo reconocer que me enamoré de ti y eso en sólo momento me hizo dudar de que si era capaz de seguir con todo esto y como estás leyendo ahora esta tierna carta veo que los dos nos atrevimos. Yo te confesé que quería joderle la vida a alguien, sólo por jodérsela, jamás había sido tan transparente, no tenía a nadie en mente y te vi… y supe que serías Tú.
Te enredaste en tu propia red arañita, me quisiste traicionar y yo me adelanté, porque intuí tu jugada, desde un principio tuve todo calculado. Ahora te relato mi procedimiento, seré breve. Vengo llegando del Casino y ¿me podrás creer que gané?, no es la primera vez, siempre he sido un cabrón con suerte, todo ese mundillo del juego lo encuentro decante no sabía que hacer con el dinero y bueno lo malgaste, me quedan unos cuantos billetes sueltos, estoy viejo Paz, he hecho de todo lo que he querido en mi vida y ya no me queda nada, pero estoy feliz, siempre escribo a máquina, pero esta vez preferí escribir a mano, tú siempre amaste mi letra y yo nunca entendí la tuya, la odie. Al llegar a casa puse tres vasos sobre una mesa con tres diferentes líquidos y sólo a uno de ellos le agregué arsénico, fue un verdadero desafío, escogería uno al azar, ya teniendo todo tan resuelto en mi vida, no me quedaba más que esto. Sé que llegarás en algún momento, sé que me matarás, pero yo llevo la delantera en este juego, todos creerán que tú me mataste, punto para mí y hasta los resultados de mi autopsia indicarán que morí por tú culpa, pues soborné a mis amigos encargados de realizarla. Tiraste del gatillo y puedes pretender que me mataste punto para ti, lo que no sabes es que yo ya estaba muerto. Creo que ya no siento nada, no me queda nada, me está dando sueño, planee mi muerte y los dos salimos felices por partida doble”.
Un abrazo querida desconocida, J.
Yo, Paz Vila soy una mala persona. Con una bella Schofield le herí de muerte, en la cabeza y el pecho. Sólo un chorro de sangre saltó con el primer disparo manchando por completo su billetera que estaba junto a la mesita de luz, en ella sólo quedaba un billete y debajo estaba el diario…no sé si esto es una tragedia para mí, o lo fue para él.
Juvencio Gil me jodió la vida y le resultó, se me adelantó. El final duele, creo que me duele más…pues ya está…muerto. Resulté culpable, homicidio calificado dijeron, pues lo premedité. Maté al hombre que amaba, pero más amé el deseo de haber por fin matado a alguien.
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